La muerte necesaria de Moshe – Devarim

En el noveno día del quinto mes bíblico, tradicionalmente se ayuna en memoria de la destrucción del Templo. El Templo fue destruido en el noveno día del quinto mes en 586 AEC (Antes de la Era Común) y otra vez en el 70 CE (La Era Común).

Según la tradición judía, el noveno día del quinto mes es también el aniversario del día en el cual los espías entregaron su informe malvado sobre la tierra de Israel y desanimó los corazones de aquella generación. Pero según los profetas, cuando Reino de Mashiaj sea establecido, el noveno día del quinto mes será transformado en un día de alegría y de gozo (Zacarías 8:19).

Entonces el SEÑOR oyó el sonido de tus palabras, y se encendió en su enojo e hizo un juramento, diciendo, “Ninguno de estos hombres, de esta generación malvada, vera la buena tierra que juré dar a sus padres, excepto Caleb el hijo de Jefone; él la verá, a él y a sus hijos daré la tierra que pisó, porque él ha seguido fielmente al Eterno”.

(Deuteronomio 1:33-40)

Después del incidente con los espías.

El Eterno juró en juramento que ninguno de aquella generación (de más de 20 años) excepto Caleb y Josué entrarían en la tierra.

Para Moshe, Aaron y Miriam, esto era una píldora amarga de tragar. Aunque no estaban entre los que habían hablado contra la tierra y contra el SEÑOR, no obstante, fueron incluidos en el juicio que recayó en su generación.

La palabra hablada contra Israel también fue hablada contra ellos.

Moshe dijo, “El SEÑOR se enojó conmigo también por culpa de ustedes, diciendo, ‘ni aun tu entraras allí’ “(Deuteronomio 1:37).

Ordinariamente, atribuimos el castigo de Moshe y de Aaron al pecado de golpear la roca en Meribah (Números 20). El incidente con los espías, sin embargo, antecede al pecado de Moshe y de Aaron en las aguas de Meribah por 38 años.

Treinta y ocho años antes del acto de golpear la roca fuera cometido, su castigo fue dictado. Una generación antes de que ellos cometieran aquel pecado, el castigo les fue anunciado. Quizás el castigo era tanto una justificación para la sentencia que ya pesaba sobre ellos como el castigo por el acto de golpear la Roca.

Tal es la suerte del justo.

Aunque no participe en el pecado de su generación, comparte a menudo en su castigo. El destino de Moshe ya estaba echado juntamente con el del pueblo que el condujo.

Esto explica porqué era necesario que Miriam, Aaron y Moshe murieran antes que Israel entrara en la
tierra. En realidad, los sabios reconocen la muerte de Moshe era un requisito previo para que Israel pudiera entrar en la tierra.

‘Que irónico que el final del cumplimiento de la promesa del pacto dependía de la muerte del libertador de Israel’. Con todo hasta Moshe muriera, Israel no podía entrar en la tierra. Dios había jurado con juramento que “ninguno de estos hombres, de esta generación malvada, vería la buena tierra que juré dar a sus padres” (1:35). Eso incluía también a Moshe, el libertador de Israel.

El paralelo mesiánico es cautivante. Así como Moshe, Masshiaj murió por los pecados de Israel.
Aunque El no participó en su pecado, ¡Su muerte era el requisito previo, necesario para su gran liberación!

Shabat Shalom


De la pluma del Rabino
Rabbí Peretz ben Yehudah M.A. Th.

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