Lo imperecedero – Tzav

El santo templo y todos los sacrificios que se realizaban en el mismo apuntan hacia la incorruptibilidad y la inmortalidad. Los sacrificios no tienen nada que ver con la muerte; son vida.

En 1 Corintios 15:53, Pablo habla de la resurrección,diciendo: “Porque es necesario que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y que esto mortal sea vestido de inmortalidad.” Como un fariseo y un seguidor de Yeshua de Nazaret, Pablo creía firmemente en la resurrección física de los muertos. Él esperaba que ese día cuando nuestra carne mortal perecedera se transformará en un estado inmortal.

Las leyes de los sacrificios aluden a la transformación de la mortalidad a la inmortalidad y de la corrupción a la incorrupción. En Levítico 7:16-18, el Eterno manda que las carnes del servicio sacrificial no deben guardarse más allá del tercer día:

Pero si el sacrificio de su ofrenda es por motivo de un voto o es una ofrenda voluntaria se comerá en el día que sea ofrecida, y lo que quede de ella será comido también al día siguiente. Pero si queda parte de la carne del sacrificio para el tercer día, será quemada en el fuego.

Levítico 7:16-17

Una persona que ofrece una ofrenda de paz debía comer la carne del sacrificio dentro de dos días. Quien comía de un sacrificio del altar en el tercer día o posterior había invalida el sacrificio. Comer de la ofrenda de paz al tercer día incurre en la pena de la escisión. La persona era “cortada.” Tres días después de la muerte del sacrificio, la carne comenzaba a volverse rancia.

Como un reflejo terrenal de la morada celestial de Elohim, el santuario natural evade la muerte y la corrupción mortal.

Aunque el sistema de sacrificios requiere la muerte del sacrificio, este evita la descomposición de la carne sacrificial. Es mejor que la carne se queme a la descomposición. El mismo esfuerzo hacia la incorruptibilidad explica por qué todos los sacrificios eran salados, como lo dice Levitico 2:13Toda ofrenda vegetal tuya la sazonarás con sal ” .

Jamás permitirás que la sal del pacto de tu Dios falte de tu ofrenda. Ofrecerás sal con todas tus ofrendas. La sal servía como preservativo. El mismo esfuerzo hacia la incorruptibilidad explica porque en la construcción del Tabernáculo se utilizó sólo madera de acacia resinosa. Igual que la madera de cedro, la acacia es resistente a la descomposición.

El Tabernáculo y sus servicios simbolizan inmortalidad.

Los sacrificios y la adoración del Tabernáculo apuntan hacia la vida, el mundo imperecedero y la adoración al Eterno, El Inmortal.

Las ofrendas de paz aluden a la resurrección de Mashiaj en el tercer día. Yeshua se levantó al tercer día, como la Escritura dice de Él, “No abandonarás mi alma en el Hades, ni permitirás que Tu Santo vea corrupción.” El cuerpo mortal de Yeshua no fue sometido a la descomposición.

En este sentido, el sistema de adoración del Tabernáculo prefigura nuestra transformación en Mashiaj. A través de la resurrección de nuestro Mesías, los cuerpos humanos serán cambiados de corruptibles a incorruptibles: “Él nos dará vida después de dos días; al tercer día nos levantará, y viviremos delante de él” (Oseas 6:2). Pasaremos de mortal a inmortalidad:

“Porque es necesario que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y que esto mortal sea vestido de
inmortalidad. Y cuando esto corruptible se vista de incorrupción y esto mortal se vista de inmortalidad,
entonces se cumplirá la palabra que está escrita: ¡Sorbida es la muerte en victoria! ¿Dónde está, oh
muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?”

1 Corintios 15:53-55

Shabat Shalom


De la pluma del Rabino
Rabbí Peretz ben Yehudah M.A. Th.

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