Algunos círculos, nos miran peor que un legalista y judaizante; somos vistos como herejes. Según las normas que ya han hecho huellas en el cristianismo, enseñar a los cristianos a seguir las leyes bíblicas de la Torá es herejía. ¡Increíble! ¿Cómo se convierte una persona en un hereje? Probablemente al leer estudios como éstos. ¡O escuchando Radio Ejad!
Le aseguro que el uso de este concepto ha sido muy al capricho de quienes lo usan.
Ellos determinan lo que es una herejía o quién es un hereje, completamente desconectado de lo único que puede definir quién es o no un hereje.
Pablo mismo fue considerado uno de estos.
«Sin embargo, una cosa debo confesar, y es que sirvo al Dios de mis padres de acuerdo con el Camino que ellos llaman herejía. Yo creo en todo lo que está escrito en la ley y en los profetas» (Hechos 24:14).
Pablo mismo dice que ahora él es considerado un hereje por creer, guardar y enseñar las enseñanzas de la ley.
La iglesia Católica tenía una manera muy peculiar de designar quien era un hereje. Muchos de estos herejes sufrieron la muerte por el simple hecho de no aceptar la forma católica de creer.
Ahora, si se puede ser hereje dentro del sistema de enseñanzas que han sido designadas como la norma. Un mormón que se convierte en cristiano, se vuelve un hereje para el mormonismo. Un testigo de Jehová convertido al cristianismo igualmente se vuelve un hereje.
Para los judíos de su tiempo, Pablo era un hereje. Claro, se había apartado de lo que ellos consideraban la norma. Pablo había abandonado, no la ley, ni las enseñanzas de Moisés, sino las ampliaciones de los escribas y fariseos, como el mismo Yeshúa los describe en Mateo 23.
«Entonces habló Jesús a la multitud y a sus discípulos, diciéndoles: Los escribas y los fariseos están sentados en la cátedra de Moisés. Así que, todo lo que les digan háganlo y guárdenlo; pero no hagan según sus obras, porque ellos dicen y no hacen».
Para Yeshúa, los herejes eran los mismos escribas y fariseos por que se habían apartado de los escritos de Moisés.
Pero trágicamente para los escribas y fariseos, Yeshúa mismo era un hereje. Igual que Pablo, fue designado hereje en base a lo que ellos habían determinado qué era o no la norma; no la Escrituras. ¡Lastima!
En el estudio de la Torá, la conclusión es a veces menos importante que el proceso de estudio, porque el estudio de la Torá requiere estudio de la Palabra de Dios.
Aunque las conclusiones a la que una persona pueda llegar podrían no ser las correctas, no obstante, el estudiar la Palabra de Dios siempre es benéfico, y es un indicativo de que la persona tiene interés en la búsqueda.
Claro que si la persona es persistente en el estudio con un corazón abierto, con hambre y sed de justicia, algo va a ocurrir.
¿Es importante que se llegue a la conclusión correcta? ¡Absolutamente! Pero muchas veces, debido a la influencia que tiene la persona en su proceso de formación, su sistema analítico no es libre. Está atado a lo que ha sido puesto allí. Pero si creemos que, si la persona continúa, existe un interés de parte de Elohim de que «si su hijo le pide pan», va a recibir pan.
Si una persona ha escuchado esto que hemos dicho hasta este punto, es porque de hecho es una persona única, excepcional, que tiene una pasión por la verdad y una preocupación seria por su fe en Dios. Esa persona tiene un deseo de discernir entre la verdad de Dios y los errores del hombre.
Puede que la persona esté bajo la sospecha de que este estudio mismo es uno de los errores del hombre, y claro que puede pensarlo. Pero, ¿cómo puede una persona saber si está estudiando lo que fue dicho por Dios mismo? Como muchos pastores siempre han dicho, «no tome mi palabra simplemente.
Lea su Biblia usted mismo sin prejuicios, y sentirá que está leyéndola por primera vez». Y claro, es la mejor recomendación que se le pueda dar a cualquier persona. Esto puede cambiar su vida.
Aunque después de leer este estudio, no llegara a las mismas conclusiones a las que hemos llegado nosotros en Beit Meshobeb, usted sin embargo, estará mejor preparado para dar una respuesta cuando encuentre a otros «legalistas y judaizantes» como nosotros.