Varón de Dolores – Vayigash

Si los últimos 2.000 años han parecido como interminables de una largo espera para nosotros, cuánto más para el Mesías, que ha vivido a través de estas muchas generaciones, deseando con impaciencia juntar a los hijos de Jerusalén debajo de las alas, Su tallit (capa):

“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!“

Lucas 13:34

Comentario:


“Entonces se puso a llorar a gritos, y lo oyeron los egipcios. Y fue oído también en la casa del faraón.”

Génesis 45:2


Cuando sus hermanos primero aparecieron ante él en Egipto, la emoción lo venció. “Se dio vuelta, lejos de ellos y lloró” (Génesis 42:24). Cuando volvieron a Egipto y se presentaron ante él otra vez, Otra vez fue movido por la emoción. Perdiendo su calma, él se retiró de su presencia para encontrar un lugar privado para llorar (Génesis 43:30-31).

Él llora una tercera vez mientras él revela su identidad a sus hermanos en Génesis 45. En esta tercera ocasión, él no procura encubrir su dolor, sino llora abiertamente frente a sus hermanos.

La Torah dice que él lloró tan fuerte que los egipcios que él había sacado del cuarto oyeron su llanto.

En el llanto de José, podemos oír la angustia del Mesías. A través de Su ministerio, Yeshua reveló su compasión y angustia hacia sus paisanos. “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor“.(Mateo 9:36).

Él sentía la compasión para ellos cuando tuvieron hambre. Él dijo a discípulos, “Tengo compasión por la gente” (Marcos 8:2).

Él sentía compasión por los ciegos, como lo dice la Escritura, “Movido por la compasión, Yeshua tocó sus ojos” (Mateo 20:34).

Él sentía compasión por los enfermos, como la Escritura lo dice, “Movido con compasión, Yeshua extendió Su mano y lo tocó” (Marcos 1:41).

Él sentía la compasión por los que lloran la perdida de un ser querido, como la Escritura dice, “Cuando el Señor la vio, él sentía compasión por ella, y le dijo, “No llores’” (Lucas 7:13).

Cuando él vio a los dolientes llorando por la muerte de su amigo personal, Lázaro, la Escritura dice, “Y lloró Yeshua” (Juan 11:35). Incluso en la hora de su entrada triunfal, la hora de Su aclamación, en ese mismo momento cuando el pueblo judío lo recibía como Mesías, él lloró:

“Cuando Se acercó a Jerusalén, El vio la ciudad y lloró sobre ella.”

Lucas 19:41


Los evangelios presentan a Yeshua como hombre igual que José, impaciente por el momento de su reconciliación con sus hermanos, impaciente para curar las heridas y corregir los males del pasado. Él está lleno de compasión y desea la reconciliación y el rescate final.

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