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Sea la luz

La creación del mundo

La Biblia comienza con una narrativa de la creación del Eterno en seis días: en el primer día, dijo Elohim: «sea la luz». Luz fue introducida y separada de las tinieblas; en los días siguientes el cielo y la tierra fueron creados, luego la vida de las luminarias de los cielos, peces, y reptiles, los animales y, por último, el hombre. Una vez que la creación había sido terminada, el Eterno reposó y descansó en el séptimo día. Ese fue el primer Shabat en el mundo.

La Biblia abre la narrativa con las palabras: «En el principio creó Elohim los cielos y la tierra». Pero, ¿significa esto el mero principio? Muchos intérpretes de las Escrituras creen que no. Ellos llegan a la conclusión que la obra del Eterno comenzó mucho antes de la creación del cielo y de la tierra. Una de las razones para esta creencia es la forma en que la Biblia discute la creación en diferentes partes, además de Génesis. En una de ellas, un pasaje del libro de Proverbios, Sabiduría (personificada aquí como una figura femenina), dice lo siguiente:

«El Señor me hizo el principio de Su obra, antes de Sus obras de tiempos antiguos. Desde la eternidad fui formada, desde el principio, antes de los orígenes de la tierra. Cuando estableció los cielos, allí estaba yo; cuando trazó un círculo sobre la superficie del abismo» (Proverbios 8:22-28).

Estas palabras claramente establecen que el Eterno creó Sabiduría aun antes que los cielos y la tierra fueran creados. La idea de que «Sabiduría»—o sea, el gran plan subyacente de toda realidad— era de origen divino era, en todo caso, difundido en el mundo antiguo). Había, por lo tanto, toda razón para creer que la creación de Sabiduría ha llegado al mero principio de todas las cosas; la realidad fue declarada plenamente en el libro de Proverbios.

Así, cuando los intérpretes antiguos hablaban del Eterno creando el mundo, muchos mencionaron específicamente que Sabiduría existió aún antes de la creación misma. Uno de nuestros ancestros, Salomón (el célebre autor del libro bíblico de Proverbios), lo dice con mayor y mejor claridad, diciendo que Sabiduría existió antes que el cielo y la tierra, y que concuerda con lo que ha sido dicho (por filósofos griegos). Aristóbulo, Fragmento 5 (citado en Eusebio, Preaparatio Evangelica 13.12.11)

Veamos algunas citas:

«[Sabiduría dice:] desde la eternidad, en el principio, Él me creó» Sir. 24:9

Una más:

«La Sabiduría es más antigua que la creación… de todo el universo» Filón de Alejandría, en Virtudes 62

Otra del Tárgum Neofiti a Génesis 3:24

«Dos mil años antes que el mundo fuese creado, [el Eterno] creó la Torá [o sea, Sabiduría Divina]»

Pero si la Escritura dice que la Sabiduría fue creada antes de todas las cosas, ¿no fue debido a que la Sabiduría en realidad tendría un papel importante en la creación del resto del mundo? Tal idea tuvo mucho sentido, y fue sugerida en otra parte de la Escritura:

«Pero el Señor es el Dios verdadero… Él es el que hizo la tierra con Su poder, el que estableció el mundo con Su sabiduría, y con Su inteligencia extendió los cielos» (Jeremías 10:10, 12).

Los Salmos bellamente expresan:

«¡Cuán numerosas son Tus obras, oh Señor! Con sabiduría las has hecho todas» (Salmo 104:24).

Y Proverbios añade:

«Con sabiduría fundó el Señor la tierra, Con inteligencia estableció los cielos» (Proverbios 3:19).

Muchos intérpretes antiguos por lo tanto creyeron que se justificaba acertar que Sabiduría estaba «presente en la creación», o que aún tuvo parte en crear el resto del mundo.

En el libro de Sabiduría encontramos:

«Contigo [Oh, Elohim] está Sabiduría, quien conoce tus obras y estuvo presente cuando hiciste el mundo, y quien entiende lo que es grato ante tus ojos, y lo que es justo según tus mandamientos» Sabiduría 9:9.

Y en el rollo 11 de Qumrán sobre los Salmos, leemos:

«Bendito es Él quien creó la tierra con Su poder, y que estableció el mundo con Su Sabiduría»

Y el Midrash Rabá, dice:

«El Eterno vió a la Torá [o sea, el cuerpo de Sabiduría divina] y creó el mundo» (Génesis Rabá 1:1).

Por razones que se verán, Sabiduría estuvo asociada en particular con la creación de la humanidad en el sexto día:

«Habiendo dado la orden por medio de tu Sabiduría, tú creaste, diciendo: ‘Hagamos al hombre a nuestra imagen conforme a nuestra semejanza» Oración Sinagoga Helenista, Constitución Apostólica 7:34, 6

En Enoc, encontramos:

«Y en el sexto día yo ordené a mí Sabiduría que creara al hombre» 2 de Enoc 30:8

Pero si Sabiduría fue la primera cosa que el Eterno creó, y si el Eterno en realidad la usó para crear el resto de la creación, entonces los intérpretes bíblicos tuvieron que preguntarse: ¿Por qué el libro de Génesis omite este detalle tan crucial? ¿Por qué el primer verso en la Biblia no dice: «En el principio Elohim creó la Sabiduría, y después, los cielos y la tierra»?

En busca de una respuesta, los intérpretes notaron una asombrosa «coincidencia». En Proverbios 8:22, la Sabiduría dice: «Elohim me hizo el principio de su obra creadora», mientras que en la narrativa de Génesis comienza: «En el principio creó Elohim los cielos y la tierra». Quizás esta no era del todo una coincidencia.

Es posible que la palabra «principio» en el versículo de Génesis era una insinuación indirecta, una alusión a Sabiduría. Porque, si la Sabiduría es llamada el principio de la obra de Elohim en Proverbios, entonces (puede ser argumentado), que la palabra «principio» misma puede haber sido usada en algún otro lugar en la Biblia como un sobrenombre para Sabiduría, una forma de referencia corta a la primera creación de Elohim. De ser así, entonces el primer verso de Génesis 1 puede ser entendido significando no necesariamente «al comienzo, Elohim creó los cielos y la tierra», pero «en [o con] Sabiduría, Elohim creó los cielos y la tierra». Esto es precisamente como el versículo fue traducido en dos traducciones antiguas de la Biblia:

«Con Sabiduría Elohim creó y perfeccionó los cielos y la tierra» Fragmento de Tárgum Génesis 1:1

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