Los doce panes – Teruma

¿Cuál es la conexión entre los doce panes del “pan de la presencia”, los doce panes que Yeshua alimentó la multitud y el pan Jalá del sábado?

Los doce panes del pan de la presencia simbolizan las doce tribus. Los sacerdotes horneaban doce panes frescos cada día de reposo y los presentaban delante de Y’hováh. Los sacerdotes removían el pan viejo y se lo comían en el día de reposo.

En este sentido, el pan simboliza una comida compartida entre los sacerdotes (que representa a todas las doce tribus) y Elohim, un memorial de la cena del Pacto que los sacerdotes y los jefes de las doce tribus participaron en el Monte Sinaí.

El rito de poner el pan jala fresco en nuestras mesas del Shabat nos recuerda este aspecto del servicio del templo.

En los días de Yeshua y los apóstoles,

el sacerdocio había crecido tan grande que los doce panes no eran suficientes para alimentar todo el grupo de los sacerdotes de turno en cualquier día de reposo. Cada sacerdote recibía sólo un pequeño bocado de los panes.

Cuando el favor de Dios estaba sobre la nación, un milagro sucedió y el bocado que alcanzaban saciaba completamente al sacerdote, aunque había comido solo pequeñas porciones que serían vistas como migajas. Cuando todos los sacerdotes habían comido de los doce panes y estaban saciados, encontraron que todavía había sobrado.

El Talmud dice:

“todo sacerdote que recibió un pedazo de pan del tamaño de una aceituna lo comía y quedaba satisfecho, y algunos lo comían y les quedaban sobras.”

Los rabinos asociaron los doce panes

del “pan de la presencia” con la prosperidad de la nación. Rambán explica que Elohim bendijo a la nación con la prosperidad a través del “pan de la presencia”.

Desde la creación del universo, el Eterno no introduce algo de la nada, contrario a, cuando Él deseaba hacer cualquier tipo de aumento, que causa el flujo de algo que ya existe.

Por ejemplo, el profeta Eliseo realizó un milagro de la multiplicación cuando hizo que de un solo jarro de aceite poder llenar numerosas cantaros más grandes.

Rambán dice que el Eterno usó la mesa de la presencia para realizar un milagro de multiplicación similar en nombre de la prosperidad de la nación. Cuando los sacerdotes colocaban el pan sobre la mesa, la abundancia fluía a toda la nación.

La alimentación milagrosa

de nuestro Mashiaj a la multitud con cinco panes alude al pan de la
presencia. La primera vez, partió cinco panes y alimentó a miles, y los discípulos recogieron las sobras. En la segunda ocasión, partió siete panes y alimentó a miles.


Otra vez los discípulos recogieron las sobras. En total, él partió doce panes. El milagro indica que Mashiaj
introducirá una era de oro de la prosperidad material y espiritual: el Reino de los cielos.

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