Fundamentos De La Fe – Yitro

Los Diez Mandamientos continúan hablando a través de los siglos. La voz del Sinaí aún resuena hoy en las vidas de millones de personas.

Cuando Dios se reveló a nosotros, Él no nos dio una teología sistemática, credos, recetas o esquemas. Nos dio un código legal que consiste en términos de Pacto y las obligaciones del mismo. Él nos dio leyes y cada ley trae una
fresca revelación de su persona.

No dio las leyes de la Torá para poner en orden la sociedad humana. Cada mandamiento comunica un pedazo de la revelación divina, un pedazo de la piedad. Más que reglas para gobernar la conducta humana, las leyes de la Torá reflejan al legislador.

Nuestro Mashiaj nos dijo que “de la abundancia del corazón la boca habla.” Cuando Dios rompió el silencio y habló con su creación en el Monte Sinaí, habló con la plenitud de su corazón. Cada ley y mandamiento, no importa cuán
pequeño o aparentemente irrelevante, comunica un pedazo de la revelación de Dios, fluyendo de su corazón.

Los Diez Mandamientos son la moralidad absoluta.

Fueron habladas en voz alta por Elohim, y todos lo oyeron. No necesitaban ninguna justificación adicional. Ellos no son
negociables.

Los Diez Mandamientos son bien conocidos.

Incluso los no creyentes y personas de otras religiones están más o menos familiarizados con el concepto de los Diez Mandamientos. En los Estados Unidos, batallas políticas y sociales continúan librándose sobre si es apropiado mostrar los diez mandamientos en edificios e instituciones públicas. La cultura popular abunda en chistes sobre romper los diez mandamientos, pero la mayoría de la gente acepta reflexivamente su autoridad moral.

En hebreo, se llaman Aseret haDebarim, que significa literalmente “diez palabras”, pero podían más ser traducido libremente como “los diez tópicos.”

Los Diez Mandamientos fueron hablados en voz alta por Dios (Éxodo 20), escritos en piedra por su propio dedo (Éxodo 31:18) y cincelados en un segundo conjunto de tablas de piedra por medio de Moisés (Éxodo 34:28). Moisés repite las diez palabras a la Asamblea de Israel en Deuteronomio 5:6-21.

Los “diez asuntos” resumen los 613 mandamientos de la Toráh, pero no pueden ser separados de la Torá o unos de otros. Algunos maestros cristianos afirman que los Diez Mandamientos siguen siendo válidos, pero el resto de las leyes de la Toráh son obsoletos. Incluso cristianos sabatistas han, en su mayor parte, divorciados, los diez mandamientos del resto de la Torá. La Biblia misma no hace distinción entre los mandamientos del decálogo y los imperativos y prohibiciones que se encuentran en el resto de la Toráh.
Elohim Mismo habló ambos, los Diez Mandamientos y el resto de la Toráh. Les declara vinculantes y aplicables a Su
pueblo con igual medida.

Una persona no debe imaginar que los Diez Mandamientos del decálogo son solo los mandamientos reales y los otros seiscientos-tres son simplemente sugerencias.

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