Lectura parasha Vayishlaj

Vayishlaj | וַיִּשְׁלַ֨ח


“Y envió”

Torah:                  Génesis 32:3 (4) – 36:43
Haftarah:            Oseas 11:7-12:12
Brit Jadashah:  Hebreos 11:11, 20


La octava lectura del libro del Génesis lleva el nombre de Vayishlaj  וישלח , que significa “y envió“. El título proviene del primer versículo del pasaje, que dice:

“Después Jacob envió mensajeros delante de sí a su hermano Esaú, a la tierra de Seír, en los campos de Edom.”
(Génesis 32:3 [verso 4 en Biblias de Jewish-published]).

Jacob se prepara para encontrarse con Esaú ahora que regresa a la Tierra Prometida, pero primero, él tiene un misterioso encuentro con un ángel en la oscuridad de la noche, que cambia su nombre a Israel. La porción continua con las aventuras de Jacob en la tierra de Canaán, incluyendo la pérdida de su querida esposa, Rajel.

Después de unos veinte años de trabajo, Jacob estaba finalmente libre de los abusos de Labán. Ahora, él estaba en camino de regreso a la Tierra de Canaán. Pero Labán no estaba contento con la partida de Jacob. Él lo persiguió con la intención de hacerle daño. Jacob apenas se escapó de su suegro enfurecido. Solo la intervención directa del Eterno pudo librarlo de la ira de Labán.

Al comenzar el estudio de la porción de la Toráh de esta semana, la confrontación de Jacob con Labán queda terminada, y Jacob dejas el asunto de la contienda con su suegro atrás en paz. Pero había algo que aun molestaba a Jacob. Un pariente enojado ahora estaba detrás de él, pero Esaú todavía estaba adelante de él. Él sabía que Esaú lo quería muerto. Ahora, Jacob debe haber sentido como si se hubiera escapado de la freidora sólo para caer en el fuego.

Génesis 32:4-13 (RVA2015)


Y les mandó diciendo:

—Así dirán a mi señor Esaú: “Así dice tu siervo Jacob: ‘He residido con Labán, con quien he permanecido hasta ahora. Tengo vacas, asnos, ovejas, siervos y siervas; y envío a decírselo a mi señor, para hallar gracia ante sus ojos’ ”.

Los mensajeros volvieron a Jacob, y dijeron:

—Fuimos a tu hermano Esaú. Él también viene a recibirte acompañado de cuatrocientos hombres.

Entonces Jacob tuvo mucho temor y se angustió. Luego dividió en dos campamentos la gente que tenía consigo, así como las ovejas, las vacas y los camellos, pues dijo: “Si Esaú viene contra un campamento y lo ataca, el otro campamento podrá escapar”. Luego dijo Jacob:

—Dios de mi padre Abraham, Dios de mi padre Isaac, oh SEÑOR, que me dijiste: “Vuelve a tu tierra y a tu parentela, y yo te prosperaré”, 10 yo no soy digno de todas las misericordias y de toda la fidelidad con que has actuado para con tu siervo. Con solo mi cayado pasé este Jordán, y ahora tengo dos campamentos. 11 Líbrame, por favor, de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo. No sea que venga y me mate y también a la madre junto con los hijos. 12 Tú has dicho: “Yo te prosperaré y haré que tu descendencia sea como la arena del mar, que por ser tan numerosa no se puede contar”.

13 Jacob pasó allí aquella noche, y tomó de lo que tenía a mano un presente para su hermano Esaú.

Génesis 32:14-30 (RVA2015)


14 Doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros, 15 treinta camellas que estaban dando de mamar y sus crías, cuarenta vacas y diez toros, veinte asnas y diez borriquillos. 16 Entregó cada rebaño a sus siervos por separado, y les dijo:

—Vayan delante de mí guardando cierta distancia entre rebaño y rebaño.

17 Mandó al primero diciendo:

—Cuando Esaú mi hermano te encuentre y te pregunte diciendo: “¿De quién eres tú? ¿Y adónde vas? ¿De quién es eso que llevas delante de ti?”, 18 le dirás: “De tu siervo Jacob; es un presente que envía a mi señor Esaú. Y he aquí que él también viene detrás de nosotros”.

19 Mandó también al segundo, al tercero, y a todos los que iban detrás de los rebaños, diciendo:

—Así hablarán a Esaú cuando lo encuentren. 20 También le dirán: “He aquí que tu siervo Jacob viene detrás de nosotros”.

Pues pensó: “Apaciguaré su ira con el presente que va delante de mí, para que después pueda yo verlo; quizás él me acepte”.

21 Jacob hizo pasar el presente delante de sí, y él se quedó a pasar aquella noche en el campamento. 22 Pero levantándose aquella noche, tomó a sus dos mujeres, a sus dos siervas y a sus once hijos, y pasó el vado del Jaboc. 23 Los tomó y los hizo cruzar el río junto con todo lo que tenía.

Jacob y el ángel en Peniel

24 Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta que rayaba el alba. 25 Como vio que no podía con Jacob, le tocó en el encaje de la cadera, y el encaje de la cadera se le dislocó mientras luchaba con él. 26 Entonces el hombre le dijo:

—¡Déjame ir, porque ya raya el alba!

Y le respondió:

—No te dejaré, si no me bendices.

27 Él le dijo:

—¿Cuál es tu nombre?

Y él respondió:

—Jacob.

28 Él le dijo:

—No se dirá más tu nombre Jacob[a], sino Israel[b]; porque has contendido con Dios y con los hombres, y has prevalecido.

29 Entonces Jacob le preguntó diciendo:

—Dime, por favor, tu nombre.

Y él respondió:

—¿Por qué preguntas por mi nombre?

Y lo bendijo allí.

30 Jacob llamó el nombre de aquel lugar Peniel[c], diciendo: “Porque vi a Dios cara a cara y salí con vida”.

Génesis 32:31 – 33:5 (RVA2015)


31 El sol salió cuando él había partido de Peniel, y cojeaba de su cadera. 32 Por eso los hijos de Israel no comen hasta el día de hoy el tendón del muslo, que está en el encaje de la cadera, porque tocó a Jacob en el encaje de la cadera, en el tendón del muslo.

33 Alzando Jacob sus ojos miró, y he aquí que Esaú venía con los cuatrocientos hombres. Entonces él repartió sus hijos entre Lea, Raquel y sus dos siervas. Puso a las siervas y a sus hijos delante, después a Lea y a sus hijos, y al final a Raquel y a José. Él mismo pasó delante de ellos y se postró en tierra siete veces, hasta que se acercó a su hermano.

Esaú corrió a su encuentro, lo abrazó, se echó sobre su cuello y lo besó. Y lloraron. Alzó sus ojos, vio a las mujeres y a los niños y preguntó:

—¿Quiénes son estos para ti?

Y él respondió:

—Son los hijos que Dios, en su gracia, ha dado a tu siervo.

Génesis 33:6-20 (RVA2015)


Entonces se acercaron las siervas y sus hijos, y se postraron. También se acercaron Lea y sus hijos, y se postraron. Finalmente se acercaron José y Raquel, y se postraron.

Entonces Esaú le preguntó:

—¿Cuál es el propósito de todos esos grupos que he encontrado?

Y él respondió:

—Hallar gracia ante los ojos de mi señor.

Esaú le dijo:

—Yo tengo suficiente, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo.

10 Y Jacob respondió:

—No, por favor. Si he hallado gracia ante tus ojos, toma mi presente de mis manos, pues el ver tu cara ha sido como si hubiera visto el rostro de Dios, y me has mostrado tu favor. 11 Acepta, pues, mi presente que te ha sido traído, pues Dios me ha favorecido, porque tengo de todo.

Él insistió, y Esaú lo aceptó. 12 Luego este dijo:

—¡Vamos, partamos! Yo te acompañaré.

13 Jacob le dijo:

—Mi señor sabe que los niños son tiernos y que tengo a mi cuidado ovejas y vacas que están criando. Si se los fatiga, en un día morirá todo el rebaño. 14 Por favor, pase mi señor delante de su siervo. Yo avanzaré como convenga, al paso del ganado que va delante de mí y al paso de los niños, hasta que alcance a mi señor, en Seír.

15 Esaú dijo:

—Permite que deje contigo algunos de los hombres que están conmigo.

Y él dijo:

—¿Para qué esto? Solo que halle yo gracia ante los ojos de mi señor.

16 Aquel día regresó Esaú por su camino a Seír.

17 Entonces Jacob se dirigió a Sucot y edificó allí una casa para sí. Hizo también cabañas para su ganado, por eso llamó el nombre de aquel lugar Sucot.

18 Al volver de Padan-aram, Jacob llegó en paz a la ciudad de Siquem, en la tierra de Canaán, y acampó frente a la ciudad. 19 Y la parte del campo donde instaló su tienda compró de manos de los hijos de Hamor, el padre de Siquem, por la suma de cien piezas de dinero. 20 Allí levantó un altar y llamó su nombre El-Elohei-Israel.

Génesis 34:1 – 35:11 (RVA2015)


34 Entonces Dina, la hija que Lea había dado a luz a Jacob, salió para ver a las jóvenes del lugar. Y la vio Siquem, el hijo de Hamor el heveo, príncipe de aquella tierra. Él la tomó, se acostó con ella y la violó. Pero se sintió ligado a Dina hija de Jacob; se enamoró de la joven y habló al corazón de ella. Y Siquem habló con Hamor su padre, diciendo:

—Tómame a esta joven por mujer.

Cuando Jacob oyó que Siquem había mancillado a Dina, su hija, sus hijos estaban en el campo con su ganado. Por ello Jacob calló hasta que ellos regresaran. Entonces Hamor, padre de Siquem, fue para hablar con Jacob.

Cuando los hijos de Jacob lo supieron, regresaron del campo. Los hombres se entristecieron y se enfurecieron mucho, porque él había cometido una vileza en Israel, acostándose con la hija de Jacob, cosa que no se debía haber hecho.

Hamor habló con ellos y les dijo:

—Mi hijo Siquem se siente atraído[a] por su hija. Les ruego que se la den por mujer. Empariéntense con nosotros. Dennos sus hijas, y tomen ustedes las nuestras. 10 Habiten con nosotros; la tierra está delante de ustedes. Habiten en ella, negocien y establézcanse en ella.

11 También Siquem dijo al padre y a los hermanos de ella:

—Halle yo gracia ante sus ojos, y les daré lo que me pidan. 12 Aumenten a cuenta mía el precio matrimonial[b] y muchos regalos. Yo les daré cuanto me pidan, pero denme la joven por mujer.

13 Los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a su padre Hamor, hablando con engaño, porque Siquem había violado a Dina, la hermana de ellos. 14 Les dijeron:

—No podemos hacer eso de dar nuestra hermana a un hombre incircunciso, porque entre nosotros eso es una abominación. 15 Solo con esta condición accederemos: que sean como nosotros, al circuncidarse todos sus varones. 16 Entonces les daremos nuestras hijas, y tomaremos nosotros las de ustedes. Habitaremos con ustedes y seremos un solo pueblo. 17 Pero si no nos hacen caso en circuncidarse, tomaremos a nuestra hermana y nos iremos.

18 Sus palabras parecieron bien a Hamor y a su hijo Siquem. 19 No tardó el joven en hacerlo, porque la hija de Jacob le había gustado. Además, él era el más distinguido de toda la casa de su padre. 20 Entonces Hamor y su hijo Siquem fueron a la puerta de la ciudad y hablaron a los hombres de la ciudad, diciendo:

21 —Estos hombres son pacíficos para con nosotros. Que habiten ellos en la tierra y que negocien en ella, pues he aquí la tierra es amplia para ellos también. Nosotros tomaremos sus hijas por mujeres y les daremos nuestras hijas. 22 Pero con esta condición accederán estos hombres para habitar con nosotros, de modo que seamos un solo pueblo: que se circuncide todo varón de entre nosotros, así como ellos son circuncidados. 23 Sus rebaños, sus posesiones y todo su ganado, ¿no serán así nuestros? Solo accedamos a su condición, y ellos habitarán con nosotros.

24 Todos los que salían por las puertas de la ciudad hicieron caso a Hamor y a su hijo Siquem. Circuncidaron a todo varón, a cuantos salían por las puertas de la ciudad. 25 Pero sucedió que al tercer día, cuando ellos aún sentían dolor, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, fueron contra la ciudad que estaba desprevenida y mataron a todo varón. 26 También mataron a filo de espada a Hamor y a su hijo Siquem, y tomando a Dina de la casa de Siquem, se fueron. 27 Y los hijos de Jacob pasaron sobre los muertos y saquearon la ciudad, porque habían mancillado a su hermana. 28 Tomaron sus ovejas, sus vacas, sus asnos, lo que había en la ciudad y lo que había en el campo. 29 Llevaron cautivos a todos sus niños y a sus mujeres, y saquearon todos sus bienes y todo lo que había en las casas. 30 Entonces Jacob dijo a Simeón y a Leví:

—Me han arruinado, haciendo que yo sea odioso entre los habitantes de esta tierra, entre los cananeos y los ferezeos. Teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra mí, me herirán, y seremos destruidos yo y mi casa.

31 Y ellos respondieron:

—¿Había de tratar él a nuestra hermana como a una prostituta?

35 Entonces Dios dijo a Jacob:

—Levántate, sube a Betel y quédate allí. Haz allí un altar a Dios, que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.

Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que lo acompañaban:

—Quiten los dioses extraños que hay entre ustedes. Purifíquense y cambien sus vestidos. Levantémonos y subamos a Betel; allí haré un altar a Dios, que me respondió en el día de mi angustia y ha estado conmigo en el camino que he andado.

Así entregaron a Jacob todos los dioses extraños que tenían en su poder, y los aretes de sus orejas, y Jacob los escondió al pie de la encina que había junto a Siquem. Cuando partieron, el terror de Dios se apoderó de los habitantes de las ciudades de sus alrededores, y no persiguieron a los hijos de Jacob.

Jacob y toda la gente que lo acompañaba llegaron a Luz, es decir, a Betel, en la tierra de Canaán, y allí edificó un altar. Llamó al lugar El-betel[c], porque allí se le había revelado Dios cuando huía de su hermano.

Entonces murió Débora, nodriza de Rebeca, y fue sepultada al pie de Betel, debajo de una encina, la cual fue llamada Alón-bacut[d].

Dios se apareció otra vez a Jacob después de haber regresado de Padan-aram, y lo bendijo. 10 Le dijo Dios: “Tu nombre es Jacob, pero no se llamará más tu nombre Jacob[e]. Tu nombre será Israel”[f]. Y llamó su nombre Israel. 11 También le dijo Dios: “Yo soy el Dios Todopoderoso. Sé fecundo y multiplícate. De ti procederán una nación y un conjunto de naciones; reyes saldrán de tus lomos.

Génesis 35:12 – 36:19 (RVA2015)


12 La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, te la daré a ti; a tus descendientes después de ti, les daré la tierra”.

13 Dios se apartó de él, del lugar donde había hablado con él. 14 Entonces Jacob erigió, como una señal, una piedra en el lugar donde Dios había hablado con él. Sobre ella derramó una ofrenda líquida, y echó sobre ella aceite. 15 Jacob llamó Betel al lugar donde Dios había hablado con él.

16 Partieron de Betel, y faltando aún cierta distancia para llegar a Efrata, Raquel dio a luz tras un parto muy difícil. 17 Y aconteció que como había dificultad en su parto, le dijo la partera:

—No temas, porque también tendrás este hijo.

18 Pero sucedió que al dar el último suspiro (porque murió), llamó el nombre de su hijo Benoni[a]. Pero su padre lo llamó Benjamín[b].

19 Así murió Raquel y fue sepultada en el camino de Efrata, es decir, Belén. 20 Jacob puso sobre su sepulcro una piedra. Esta es la señal del sepulcro de Raquel hasta hoy.

21 Israel partió e instaló su tienda más allá de Migdal-eder. 22 Y sucedió que mientras habitaba Israel en aquella tierra, Rubén fue y se acostó con Bilha, concubina de su padre. Y lo llegó a saber Israel.

Ahora bien, los hijos de Israel fueron doce:

23 Los hijos de Lea: Rubén, el primogénito de Jacob, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón.

24 Los hijos de Raquel: José y Benjamín.

25 Los hijos de Bilha, sierva de Raquel: Dan y Neftalí.

26 Los hijos de Zilpa, sierva de Lea: Gad y Aser.

Estos fueron los hijos de Jacob que le nacieron en Padan-aram.

27 Entonces Jacob fue a Isaac su padre, a Mamre, a Quiriat-arba, es decir, Hebrón, donde habían habitado Abraham e Isaac.

28 Fueron ciento ochenta los años de Isaac. 29 E Isaac falleció y fue reunido con su pueblo, anciano y lleno de años. Y sus hijos Jacob y Esaú lo sepultaron.

36 Estos son los descendientes de Esaú, el cual es Edom. Esaú tomó a sus esposas de entre las mujeres de Canaán: a Ada hija de Elón el heteo, a Oholibama hija de Aná, hijo[c] de Zibeón el heveo, y a Basemat hija de Ismael, hermana de Nebayot.

De Esaú, Ada dio a luz a Elifaz; Basemat dio a luz a Reuel, y Oholibama dio a luz a Jeús, a Jalam y a Coré. Estos son los hijos de Esaú que le nacieron en la tierra de Canaán.

Esaú tomó a sus mujeres, a sus hijos, a sus hijas, a todas las personas de su casa, sus rebaños, su ganado y todas las posesiones que había adquirido en la tierra de Canaán, y se fue a una tierra, lejos de Jacob su hermano; porque los bienes de ellos eran muchos, y no podían habitar juntos. Tampoco podía mantenerlos la tierra en que habitaban, a causa de sus ganados. Así habitó Esaú en la región montañosa de Seír. Esaú es Edom.

Estos fueron los descendientes de Esaú, padre de los edomitas, en la región montañosa de Seír; 10 estos son los nombres de los hijos de Esaú: Elifaz, hijo de Ada, mujer de Esaú; Reuel, hijo de Basemat, mujer de Esaú.

11 Los hijos de Elifaz fueron: Temán, Omar, Zefo, Gatam y Quenaz. 12 Timna fue concubina de Elifaz hijo de Esaú, y ella le dio a luz a Amalec. Estos fueron los hijos de Ada, mujer de Esaú.

13 Los hijos de Reuel fueron: Najat, Zéraj, Sama y Miza. Estos fueron los hijos de Basemat, mujer de Esaú.

14 Los hijos de Oholibama, mujer de Esaú e hija de Aná, hijo[d] de Zibeón, que ella dio a luz de Esaú, fueron: Jeús, Jalam y Coré.

15 Estos fueron los jefes de entre los hijos de Esaú:

Los hijos de Elifaz, primogénito de Esaú, fueron: los jefes Temán, Omar, Zefo, Quenaz, 16 Coré, Gatam y Amalec. Estos fueron los jefes de Elifaz en la tierra de Edom, los cuales fueron hijos de Ada.

17 Estos fueron los hijos de Reuel hijo de Esaú: los jefes Najat, Zéraj, Sama y Miza. Estos fueron los jefes de la línea de Reuel en la tierra de Edom. Estos hijos le nacieron a Basemat, mujer de Esaú.

18 Estos fueron los hijos de Oholibama, mujer de Esaú: los jefes Jeús, Jalam y Coré. Estos fueron los jefes que nacieron a Oholibama, mujer de Esaú, hija de Aná.

19 Estos fueron, pues, los hijos de Esaú, el cual es Edom; y estos fueron sus jefes.

Génesis 36:20-43 (RVA2015)


20 Estos fueron los hijos de Seír el horeo, habitantes de aquella tierra: Lotán, Sobal, Zibeón, Aná, 21 Disón, Ezer y Disán. Estos fueron los jefes de los horeos, hijos de Seír, en la tierra de Edom.

22 Los hijos de Lotán fueron Hori y Hemam. Timna fue hermana de Lotán.

23 Los hijos de Sobal fueron: Alván, Manajat, Ebal, Sefo y Onam.

24 Los hijos de Zibeón fueron Ayías y Aná. Este Aná fue el que descubrió las aguas termales[a] en el desierto, cuando apacentaba los asnos de su padre Zibeón.

25 Los hijos de Aná fueron Disón y Oholibama hija de Aná.

26 Los hijos de Disón fueron: Hemdán, Esbán, Itrán y Querán.

27 Los hijos de Ezer fueron: Bilhán, Zaaván y Acán.

28 Los hijos de Disán fueron Uz y Arán.

29 Estos fueron los jefes de los horeos: los jefes Lotán, Sobal, Zibeón, Aná, 30 Disón, Ezer y Disán. Ellos fueron los jefes de los horeos, según sus jefaturas en la tierra de Seír.

31 Estos fueron los reyes que reinaron en la tierra de Edom, antes que hubiera rey de los hijos de Israel:

32 Bela hijo de Beor reinó en Edom. El nombre de su ciudad fue Dinaba.

33 Murió Bela, y reinó en su lugar Jobab hijo de Zéraj, de Bosra.

34 Murió Jobab, y reinó en su lugar Husam, de la tierra de los temanitas.

35 Murió Husam, y reinó en su lugar Hadad hijo de Bedad, el que derrotó a Madián en el campo de Moab. El nombre de su ciudad fue Avit.

36 Murió Hadad, y reinó en su lugar Samla, de Masreca.

37 Murió Samla, y reinó en su lugar Saúl, de Rejobot, que está junto al Río.

38 Murió Saúl, y reinó en su lugar Baal-janán hijo de Acbor.

39 Murió Baal-janán hijo de Acbor, y reinó en su lugar Hadad[b]. El nombre de su ciudad fue Pau, y el nombre de su mujer fue Mehetabel, hija de Matred, hija de Mezaab.

40 Estos fueron los nombres de los jefes de Esaú, según sus familias, sus localidades y sus nombres: los jefes Timna, Alva, Jetet, 41 Oholibama, Ela, Pinón, 42 Quenaz, Temán, Mibzar, 43 Magdiel e Iram. Estos fueron los jefes de Edom, según las áreas de la tierra de su posesión. Este es Esaú, padre de los edomitas.

Oseas 11:7-12:12 (RVA2015)


Entre tanto, mi pueblo está obstinado en su rebelión contra mí; y aunque invocan al Altísimo, no lo quieren enaltecer.

“¿Cómo he de dejarte, oh Efraín? ¿Cómo he de entregarte, oh Israel? ¿Cómo podré hacerte como a Adma o ponerte como a Zeboím? Mi corazón se revuelve dentro de mí; se inflama mi compasión. No ejecutaré el furor de mi ira; no volveré para destruir a Efraín porque soy Dios y no hombre. Yo soy el Santo en medio de ti y no vendré contra la ciudad.

10 “Caminarán en pos del SEÑOR. Él rugirá como león; sí, rugirá y del occidente los hijos acudirán temblando. 11 De Egipto acudirán temblando como pájaros; y como palomas, de la tierra de Asiria. Yo los haré habitar en sus casas, dice el SEÑOR.

12 “Efraín me ha rodeado con mentira; y la casa de Israel con engaño. Judá todavía divaga[a] para con Dios, para con el Santo, quien es fiel.

12 “Efraín se apacienta de viento; todo el día se va tras el solano. Continuamente aumentan la mentira y la destrucción, porque hicieron alianza con los asirios y llevan aceite a Egipto”.

El SEÑOR tiene pleito con Judá y dará a Jacob el castigo que corresponde a sus caminos. Le retribuirá conforme a sus obras. En el vientre suplantó a su hermano y en su edad viril contendió con Dios. Contendió con el ángel y prevaleció; lloró y le rogó. En Betel lo halló y allí habló con él. ¡SEÑOR, Dios de los Ejércitos, el SEÑOR es su nombre! Tú, pues, vuélvete a tu Dios; practica la lealtad y el derecho, y espera siempre en tu Dios.

Como mercader que tiene en su mano balanza falsa él ama la opresión. Y dijo Efraín: “Ciertamente yo me he enriquecido; he hallado riquezas para mí”. Pero todos sus esfuerzos no serán suficientes para borrar el pecado que ha cometido.

“Sin embargo, desde la tierra de Egipto yo soy el SEÑOR tu Dios. Aún te haré habitar en tiendas como en los días de la fiesta. 10 Yo he hablado a los profetas y he multiplicado la profecía. Por medio de los profetas he expuesto parábolas”.

11 Si hay iniquidad en Galaad ciertamente serán convertidos en nada. Aunque en Gilgal sacrifiquen toros, sus altares también serán como montones de escombros sobre los surcos del campo.

12 Jacob huyó a la tierra de Aram; Israel sirvió por una mujer y por una mujer cuidó rebaños.

Hebreos 11:11, 20 (RVA2015)


11 Por la fe, a pesar de que Sara misma era estéril, él recibió fuerzas para engendrar un hijo cuando había pasado de la edad; porque consideró que el que lo había prometido era fiel.

20 Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú respecto al porvenir.