Lectura parasha Shoftim

Shoftim | שֹֽׁפְטִ֣ים


“Jueces”

Simeon B. Gamaliel dijo: “No hagan simulacro de justicia, porque es uno de los tres pies del mundo. ¿Por qué? Porque los sabios han enseñado que, sobre tres cosas el mundo se basa: en justicia, en verdad y en paz. Sepan pues, y muy bien, que, si anulan el juicio, sacudirán al mundo, porque es uno de sus pilares;»

(Devarim Rabá 5.1)

Las Instituciones de la Comunidad Santa.

La Parashá Shoftim habla sobre las principales instituciones que fortalecen a la comunidad Santa: la Justicia, el rey, los kohanim, los profetas y el ejército. Nuestro comentario de esta semana se centrará en explorar lo que la Toráh enseña sobre cada una de estas instituciones.

• Justicia
• Levitas
• Los reyes
• Profetas
• El Ejercito

Justicia.

El concepto de justicia no es nuevo en nuestro estudio de Toráh. Ha habido pasajes judiciales importantes en Shemot capítulo 23, capítulo 19 de Vayikra, y en otros lugares en Devarim, incluyendo la parasha de la semana pasada. Sin embargo, parece que la información relativa a la justicia en este pasaje es inigualable al resto de la Torá — ¡de hecho, no hay paralelo en el resto de las leyes y pactos del hombre! …

Deuteronomio 16:18 – 17:13 (RVA2015)

18 “Pondrás jueces y magistrados para ti en todas las ciudades que el SEÑOR tu Dios te da en tus tribus, para que juzguen al pueblo con justo juicio. 19 No tuerzas el derecho; no hagas distinción de personas ni aceptes soborno, porque el soborno ciega los ojos de los sabios y pervierte las palabras de los justos.

20 “La justicia, solo la justicia seguirás, para que vivas y tengas en posesión la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.

21 “No plantarás para ti ningún árbol de Asera junto al altar del SEÑOR tu Dios que te has de hacer. 22 No levantarás piedras rituales, lo cual aborrece el SEÑOR tu Dios.

17 “No sacrificarás para el SEÑOR tu Dios un toro o un cordero en el cual haya defecto o alguna cosa mala, porque es abominación al SEÑOR tu Dios.

“Cuando se halle en medio de ti, en alguna de las ciudades que el SEÑOR tu Dios te da, un hombre o una mujer que hace lo malo ante los ojos del SEÑOR tu Dios, traspasando su pacto; si se ha ido a servir a otros dioses, inclinándose a ellos, o al sol, a la luna o a todo el ejército de los cielos (lo cual yo no he mandado); cuando te avisen, después de que lo oigas, entonces lo averiguarás bien. Y he aquí que si resulta ser verdad y cosa confirmada que se ha hecho tal abominación en Israel, entonces sacarás a las puertas de la ciudad a aquel hombre o a aquella mujer que ha hecho esta cosa mala y los apedrearás. Así morirán.

“Por el testimonio de dos o tres testigos morirá el que deba morir. No morirá por el testimonio de un solo testigo. La mano de los testigos será la primera contra él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo. Así quitarás el mal de en medio de ti.

“Cuando te sea difícil decidir en un juicio en tus tribunales, ya sea en asuntos de homicidio o de derechos o de ofensas físicas o en otros casos legales, entonces te levantarás y subirás al lugar que el SEÑOR tu Dios haya escogido. Irás a los sacerdotes levitas y al juez que haya en aquellos días y consultarás. Ellos te indicarán la sentencia del juicio.

10 “Harás según la sentencia que te indiquen en aquel lugar que el SEÑOR haya escogido, y tendrás cuidado de hacer según todo lo que te declaren. 11 Harás según las instrucciones con que ellos te instruyan y según el juicio que pronuncien. No te apartarás de la sentencia que te indiquen ni a la derecha ni a la izquierda. 12 Quien proceda con soberbia y no obedezca al sacerdote que esté allí para servir delante del SEÑOR tu Dios, ni al juez, esa persona morirá. Así eliminarás el mal de Israel. 13 Todo el pueblo lo oirá y temerá, y ellos no actuarán más con soberbia.

Deuteronomio 17:14-20 (RVA2015)

14 “Cuando hayas entrado en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da y hayas tomado posesión de ella y la habites, y cuando digas: ‘Constituiré rey sobre mí, como todas las naciones que están en mis alrededores’, 15 solamente constituirás sobre ti como rey a quien el SEÑOR tu Dios haya escogido. A uno de entre tus hermanos constituirás como rey sobre ti. No podrás constituir sobre ti a un hombre extranjero, alguien que no sea tu hermano.

16 “Pero él no ha de acumular caballos. No hará volver al pueblo a Egipto para acumular caballos, porque el SEÑOR les ha dicho: ‘Jamás volverán por ese camino’. 17 Tampoco acumulará para sí mujeres, no sea que se desvíe su corazón. Tampoco acumulará para sí mucha plata y oro.

18 “Y sucederá que cuando se siente sobre el trono de su reino, él deberá escribir para sí en un pergamino una copia de esta ley, del rollo que está al cuidado de los sacerdotes levitas. 19 La tendrá consigo y la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer al SEÑOR su Dios, guardando todas las palabras de esta ley y estas prescripciones a fin de ponerlas por obra. 20 Esto servirá para que no se enaltezca su corazón sobre sus hermanos, y no se aparte del mandamiento ni a la derecha ni a la izquierda, a fin de que prolongue los días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.

Deuteronomio 18:1-5 (RVA2015)

18 “Los sacerdotes levitas, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad con Israel. Ellos comerán de las ofrendas quemadas al SEÑOR y de la parte que les pertenece. No tendrán heredad entre sus hermanos, pues el SEÑOR es su heredad, como él se lo ha prometido[b].

“Esto es lo que corresponde a los sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrecen sacrificios, ya sea de toros o de corderos: Se dará al sacerdote la espaldilla, las quijadas y el estómago. Le darás las primicias de tu grano, de tu vino nuevo y de tu aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas. Porque el SEÑOR tu Dios lo ha escogido de entre todas las tribus para que esté dedicado a servir en el nombre del SEÑOR, él y sus hijos, para siempre.

Deuteronomio 18:6-13 (RVA2015)

“Cuando un levita salga de alguna de tus ciudades de todo Israel donde ha habitado y vaya con todo el deseo de su alma al lugar que el SEÑOR haya escogido, servirá en el nombre del SEÑOR su Dios como todos sus hermanos, los levitas que están allí delante del SEÑOR. Y tendrá igual porción que los demás, aparte de la venta de su patrimonio familiar.

“Cuando hayas entrado en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, no aprenderás a hacer las abominaciones de aquellas naciones: 10 No sea hallado en ti quien haga pasar por fuego a su hijo o a su hija ni quien sea mago ni exorcista ni adivino ni hechicero 11 ni encantador, ni quien pregunte a los espíritus, ni espiritista, ni quien consulte a los muertos. 12 Porque cualquiera que hace estas cosas es una abominación al SEÑOR. Y por estas abominaciones el SEÑOR tu Dios los echa de delante de ti.

13 “Serás íntegro para con el SEÑOR tu Dios.

Deuteronomio 18:14 – 19:13 (RVA2015)

14 Estas naciones que vas a desalojar escuchan a quienes conjuran a los espíritus y a los encantadores, pero a ti no te lo ha permitido el SEÑOR tu Dios.

15 “El SEÑOR tu Dios te levantará un profeta como yo de en medio de ti, de entre tus hermanos. A él escucharán. 16 Conforme a todo lo que pediste al SEÑOR tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: ‘No vuelva yo a oír la voz del SEÑOR mi Dios, ni vuelva yo a ver este gran fuego; no sea que yo muera’, 17 el SEÑOR me dijo: ‘Está bien lo que han dicho. 18 Les levantaré un profeta como tú, de entre sus hermanos. Yo pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mande. 19 Y al hombre que no escuche mis palabras que él hablará en mi nombre, yo le pediré cuentas. 20 Pero el profeta que se atreva a hablar en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado hablar, o que hable en nombre de otros dioses, ese profeta morirá’.

21 “Puedes decir en tu corazón: ‘¿Cómo discerniremos la palabra que el SEÑOR no ha hablado?’. 22 Cuando un profeta hable en el nombre del SEÑOR y no se cumpla ni acontezca lo que dijo, esa es la palabra que el SEÑOR no ha hablado. Con soberbia la habló aquel profeta; no tengas temor de él.

19 “Cuando el SEÑOR tu Dios extermine las naciones cuya tierra el SEÑOR tu Dios te da, y tú las desalojes y habites en sus ciudades y en sus casas, apartarás tres ciudades en medio de la tierra que el SEÑOR tu Dios te da para que la tomes en posesión. Arreglarás el camino y dividirás en tres distritos el territorio de tu tierra que el SEÑOR tu Dios te da en heredad, para que huya allí todo homicida.

“Este es el caso del homicida que puede huir allí para salvar su vida: el que mata a su prójimo por accidente, sin haberle tenido aversión previamente; como el que va con su prójimo al bosque a cortar leña, y alzando su mano con el hacha para cortar un tronco, se le suelta el hierro del palo y alcanza a su compañero, de modo que este muere. Aquel podrá huir a una de aquellas ciudades y vivir. No sea que cuando su corazón arda en ira, el vengador de la sangre persiga al homicida, lo alcance por ser largo el camino y lo hiera de muerte, a pesar de que aquel no merecía ser condenado a muerte, porque no le había tenido aversión previamente.

“Por tanto, yo te mando diciendo: Aparta para ti tres ciudades. Y si el SEÑOR tu Dios ensancha tu territorio, como lo juró a tus padres, y te da toda la tierra que prometió dar a tus padres, cuando guardes todos estos mandamientos que yo te ordeno hoy para ponerlos por obra, ames al SEÑOR tu Dios y andes en sus caminos todos los días, entonces añadirás para ti tres ciudades más a estas tres. 10 Así no será derramada sangre inocente en medio de tu tierra que el SEÑOR tu Dios te da por heredad, de modo que haya sobre ti culpa de sangre.

11 “Pero si alguien aborrece a su prójimo y lo acecha; si se levanta contra él y lo hiere de muerte, y él muere; si huye a alguna de estas ciudades, 12 los ancianos de su ciudad enviarán a sacarlo de allí. Entonces lo entregarán en manos del vengador de la sangre, y morirá. 13 Tu ojo no le tendrá lástima; quitarás de Israel la culpa de sangre inocente, y te irá bien.

Deuteronomio 19:14 – 20:9 (RVA2015)

14 “No cambiarás de lugar los linderos de tu prójimo, los cuales habrán sido establecidos por los antepasados en la heredad tuya, que recibirás en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da para que tomes posesión de ella.

15 “No prevalecerá un solo testigo contra alguna persona, por cualquier maldad o pecado que haya cometido. Por el testimonio de dos o tres testigos se decidirá un asunto.

16 “Cuando se levante un testigo falso contra alguien, para acusarlo de transgresión, 17 entonces los dos hombres que están en litigio se presentarán delante del SEÑOR, ante los sacerdotes y los jueces que haya en aquellos días. 18 Los jueces investigarán bien, y si aquel testigo resulta ser falso, por haber testificado falsamente contra su hermano, 19 le harán a él lo que él pensó hacerle a su hermano. Así quitarás el mal de en medio de ti. 20 Los que queden lo oirán y temerán, y no volverán a hacer semejante maldad en medio de ti. 21 Tu ojo no le tendrá lástima. ¡Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie!

20 “Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos y veas caballos y carros, un pueblo más numeroso que tú, no tengas temor de ellos, porque contigo está el SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto.

“Sucederá que cuando se acerquen para combatir, llegará el sacerdote y hablará al pueblo diciéndoles: ‘Escucha, Israel: Ustedes se acercan ahora a la batalla contra sus enemigos. No desmaye su corazón. No teman ni se turben ni se aterroricen delante de ellos. Porque el SEÑOR su Dios va con ustedes, para combatir por ustedes contra sus enemigos y para darles la victoria’.

“Los oficiales hablarán al pueblo diciendo: ‘¿Quién ha edificado una casa nueva y no la ha estrenado? ¡Que se vaya y regrese a su casa! No sea que muera en la batalla y algún otro la estrene. ¿Quién ha plantado una viña y aún no ha disfrutado de ella? ¡Que se vaya y regrese a su casa! No sea que muera en la batalla y algún otro la disfrute. ¿Quién se ha desposado con una mujer y todavía no la ha tomado? ¡Que se vaya y regrese a su casa! No sea que muera en la batalla y algún otro la tome’.

“Los oficiales volverán a hablar al pueblo y dirán: ‘¿Hay alguien que sea miedoso y de corazón pusilánime? ¡Que se vaya y regrese a su casa! No sea que haga desfallecer el corazón de sus compañeros, como ocurre con su propio corazón’. Sucederá que cuando los oficiales acaben de hablar al pueblo, designarán a los jefes de los ejércitos al frente del pueblo.

Deuteronomio 20:10 – 21:9 (RVA2015)

10 “Cuando te acerques a una ciudad para combatir contra ella, le propondrás la paz. 11 Si te responde con paz y te abre sus puertas, toda la gente que se halla en ella te rendirá tributo laboral, y ellos te servirán. 12 Pero si no hace la paz contigo, sino que te hace la guerra, entonces la sitiarás. 13 Cuando el SEÑOR tu Dios la entregue en tu mano, matarás a filo de espada a todos sus varones. 14 Solamente las mujeres, los niños, los animales y todo lo que haya en la ciudad, todo su botín, podrás tomar para ti y comer del botín de tus enemigos que el SEÑOR tu Dios te entregó. 15 Harás esto con todas las ciudades que estén muy distantes de ti, que no sean de las ciudades de estas naciones de aquí. 16 Pero en las ciudades de estos pueblos que el SEÑOR tu Dios te da por heredad, no dejarás con vida a ninguna persona. 17 Los destruirás completamente, como el SEÑOR tu Dios te ha mandado: heteos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos. 18 De esta manera no les enseñarán a imitar todas las abominaciones que ellos hacen para sus dioses, de modo que pequen contra el SEÑOR su Dios.

19 “Cuando sities mucho tiempo alguna ciudad para combatir contra ella, a fin de tomarla, no destruyas su arboleda alzando en ella el hacha, porque de ella podrás comer. No la cortarás; pues, ¿acaso los árboles del campo son hombres para que vengan ante ti con asedio? 20 Pero podrás destruir y talar el árbol que sabes que no es para comer, con el propósito de construir obras de asedio contra la ciudad que combate contigo, hasta que se rinda.

21 “Si en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da para que la tomes en posesión se halla un muerto tendido en el campo, y se ignora quién lo mató, 2 entonces tus ancianos y jueces irán, y medirán la distancia hasta las ciudades que están alrededor del muerto. 3 Y sucederá que los ancianos de la ciudad más cercana al muerto tomarán una vaquilla que no haya sido aún sometida al trabajo y que no haya llevado yugo. 4 Los ancianos de aquella ciudad llevarán la ternera abajo, a un arroyo permanente donde no se haya arado ni sembrado, y allí en el arroyo romperán la nuca a la ternera.

5 “Después se acercarán los sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos escogió el SEÑOR tu Dios para que le sirvan y para que bendigan en el nombre del SEÑOR. Por el dicho de ellos se decidirá todo pleito o todo daño. 6 Todos los ancianos de aquella ciudad más cercana al muerto lavarán sus manos sobre la vaquilla desnucada en el arroyo, 7 y declararán diciendo: ‘Nuestras manos no han derramado esta sangre ni nuestros ojos lo han visto. 8 Oh SEÑOR, perdona a tu pueblo Israel al cual has redimido. No traigas culpa de sangre inocente en medio de tu pueblo Israel’. Así les será perdonada la culpa de sangre. 9 De este modo eliminarás la culpa por la sangre inocente de en medio de ti, cuando hagas lo recto ante los ojos del SEÑOR.

Isaías 51:12-52:12 (RVA2015)

12 Yo soy, yo soy su Consolador[a]. ¿Quién eres tú para que temas al hombre, que es mortal; al hijo del hombre, que es tratado como el pasto? 13 ¿Te has olvidado ya del SEÑOR, tu Hacedor, que desplegó los cielos y puso los fundamentos de la tierra, para que continuamente y todo el día temas la furia del opresor, cuando se dispone a destruir? Pero, ¿dónde está la furia del opresor? 14 Pronto el que está en cadenas será puesto en libertad; no morirá para ir a la fosa, ni le faltará su alimento. 15 Pues yo soy el SEÑOR tu Dios, quien agita el mar y hace rugir sus olas; el SEÑOR de los Ejércitos es su nombre. 16 Habiendo yo extendido[b] los cielos y fundado la tierra, y habiendo dicho a Sion: ‘Tú eres mi pueblo’, pongo mis palabras en tu boca y te cubro con la sombra de mi mano”.

17 ¡Despierta! ¡Despierta! Levántate, oh Jerusalén, que de la mano del SEÑOR bebiste la copa de su furor y que bebiste hasta la última gota de la copa del vértigo. 18 Entre todos los hijos que ella dio a luz, no hay quien la guíe. Entre todos los hijos que crió, no hay quien la tome de la mano. 19 Estas dos cosas te han sobrevenido. ¿Quién se dolerá de ti? Te han sobrevenido la destrucción y la ruina, el hambre y la espada. ¿Quién te consolará?[c]20 Tus hijos se han desmayado; como un antílope en una red, yacen tendidos en las esquinas de todas las calles, llenos de la ira del SEÑOR y de la reprensión de tu Dios.

21 Escucha, pues, esto, miserable y ebria, aunque no de vino. 22 Así ha dicho tu SEÑOR y Dios[d], tu Dios, quien contiende por su pueblo: “He aquí, he quitado de tu mano la copa del vértigo, la copa de mi ira. Nunca más tendrás que beberla. 23 La pondré en la mano de los que te atormentan, los que dicen a tu alma: ‘Póstrate para que pasemos’. Y tú pusiste tu espalda como tierra, y como calle para los que pasaban”.

52 ¡Despierta! ¡Despierta! Vístete de tu poder, oh Sion; vístete de tu ropa de gala, oh Jerusalén, ciudad santa. Porque nunca más volverá a entrar en ti ningún incircunciso ni impuro.

Despréndete del polvo; levántate y toma asiento, oh Jerusalén[e]. Suelta las ataduras de tu cuello, oh cautiva hija de Sion. Porque así ha dicho el SEÑOR: “De balde fueron vendidos; por tanto, sin dinero serán rescatados”. Porque así ha dicho el SEÑOR Dios[f]: “En el pasado mi pueblo descendió a Egipto[g] para residir allá; después Asiria[h] lo ha oprimido sin motivo. Y ahora, dice el SEÑOR, ¿qué tengo que ver yo aquí, ya que mi pueblo fue traído sin causa? Los que se enseñorean de él se mofan[i], dice el SEÑOR. Continuamente y todo el día mi nombre es blasfemado. Por tanto, mi pueblo conocerá mi nombre en aquel día, pues yo soy el que dice: ‘¡Aquí estoy!’ ”.

¡Cuán hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz, del que trae buenas nuevas del bien, del que anuncia la salvación, del que dice a Sion: “¡Tu Dios reina!”.

¡Una voz! Tus centinelas alzan la voz. Juntos dan gritos de júbilo, porque cuando el SEÑOR vuelva a Sion, lo verán con sus propios ojos. Prorrumpan juntas con gritos de júbilo, oh ruinas de Jerusalén, porque el SEÑOR ha consolado a su pueblo; ha redimido a Jerusalén. 10 El SEÑOR ha descubierto el brazo de su santidad ante los ojos de todas las naciones. Todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.

11 ¡Apártense! ¡Apártense! ¡Salgan de allí! ¡No toquen lo impuro! ¡Salgan de en medio de ella! ¡Purifíquense los que llevan los utensilios del SEÑOR! 12 Pues no saldrán con apresuramiento ni irán huyendo; porque el SEÑOR irá delante de ustedes, y el Dios de Israel irá a su retaguardia.

Mateo 3:1-17 (RVA2015)

En aquellos días apareció Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea y diciendo: “¡Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado[a]!”. Pues este es aquel de quien fue dicho por medio del profeta Isaías:

Voz del que proclama en el desierto: “Preparen el camino del Señor;

enderecen sus sendas”[b].

Juan mismo estaba vestido de pelo de camello y con un cinto de cuero a la cintura. Su comida era langostas y miel silvestre. Entonces salían a él Jerusalén y toda Judea y toda la región del Jordán y, confesando sus pecados, eran bautizados por él en el río Jordán.

Pero cuando Juan vio que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: “¡Generación de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera? Produzcan, pues, frutos dignos de arrepentimiento; y no piensen decir dentro de ustedes: ‘A Abraham tenemos por padre’. Porque yo les digo que aun de estas piedras Dios puede levantar hijos a Abraham. 10 El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles. Por lo tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. 11 Yo, a la verdad, los bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene después de mí, cuyo calzado no soy digno de llevar, es más poderoso que yo. Él les bautizará en el Espíritu Santo y fuego. 12 Su aventador está en su mano, y limpiará su era. Recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en el fuego que nunca se apagará”.

13 Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán, a Juan, para ser bautizado por él. 14 Pero Juan procuraba impedírselo diciendo:

—Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?

15 Pero Jesús le respondió:

—Permítelo por ahora, porque así nos conviene cumplir toda justicia.

Entonces se lo permitió. 16 Y cuando Jesús fue bautizado, en seguida subió del agua, y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y venía sobre él. 17 Y he aquí, una voz de los cielos decía: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”.