Lectura parashá Ki tavo

וְהָיָה֙ כִּֽי־תָב֣וֹא אֶל־הָאָ֔רֶץ אֲשֶׁר֙ יְהוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ נֹתֵ֥ן לְךָ֖ נַחֲלָ֑ה וִֽירִשְׁתָּ֖הּ וְיָשַׁ֥בְתָּ בָּֽהּ

Vehayah ki-tavo’ el-ha’aretz ‘asher YHVH ‘Eloheja noten leja najalah  virishetah veyashavta bah

Cuando hayas entrado en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da por heredad, y hayas tomado posesión de ella y la habites,…”

Torah

Devarim (Deuteronomio) 26:1- 29:8

Haftarah

Yeshiyahu (Isaías) 60:1-22

Brit Jadashah

Lukas 24:44-53

Deuteronomio 26:1-11 (RVA2015)


26 Cuando hayas entrado en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da por heredad, y hayas tomado posesión de ella y la habites, entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que saques de la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, las pondrás en una canasta e irás al lugar que el SEÑOR tu Dios haya escogido para hacer habitar allí su nombre. Vendrás al sacerdote que haya en aquellos días, y le dirás: ‘Reconozco hoy ante el SEÑOR tu Dios que yo he entrado en la tierra que el SEÑOR juró a nuestros padres que nos daría’.

“El sacerdote tomará la canasta de tu mano y la pondrá delante del altar del SEÑOR tu Dios. Entonces hablarás y dirás delante del SEÑOR tu Dios: ‘Un arameo errante fue mi padre. Él descendió a Egipto y vivió allí con unos pocos hombres, y allí llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa. Los egipcios nos maltrataron, nos afligieron e impusieron sobre nosotros dura esclavitud. Pero clamamos al SEÑOR, Dios de nuestros padres, y el SEÑOR escuchó nuestra voz. Vio nuestra aflicción, nuestro trabajo forzado y nuestra opresión, y el SEÑOR nos sacó de Egipto con mano poderosa y brazo extendido, con gran terror, con señales y prodigios. Nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra: una tierra que fluye leche y miel. 10 Y ahora, oh SEÑOR, he aquí traigo las primicias del fruto de la tierra que tú me has dado’.

“Lo dejarás delante del SEÑOR tu Dios, y te postrarás delante del SEÑOR tu Dios. 11 Entonces te regocijarás, tú con el levita y el forastero que esté en medio de ti, por todo el bien que el SEÑOR tu Dios te haya dado a ti y a tu casa.

Deuteronomio 26:12-15 (RVA2015)


12 “Cuando hayas acabado de entregar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás al levita, al forastero, al huérfano y a la viuda, para que ellos coman en tus ciudades y se sacien. 13 Entonces dirás delante del SEÑOR tu Dios: ‘Yo he sacado de mi casa lo consagrado, y además lo he dado al levita, al forastero, al huérfano y a la viuda, conforme a todos los mandamientos que me has mandado. No he transgredido tus mandamientos ni me he olvidado. 14 No he comido de ello estando de luto ni he sacado de ello estando impuro ni de ello he ofrecido a los muertos. He obedecido la voz del SEÑOR mi Dios y he hecho conforme a todo lo que me has mandado. 15 Mira desde tu santa morada, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel y la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres: una tierra que fluye leche y miel’.

Deuteronomio 26:16-19 (RVA2015)


16 “El SEÑOR tu Dios te manda hoy que cumplas estas leyes y decretos. Cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma. 17 Tú has proclamado hoy que el SEÑOR es tu Dios y que andarás en sus caminos, que guardarás sus leyes, sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás su voz.

18 “El SEÑOR ha proclamado hoy que tú eres su pueblo especial, como él te ha prometido, y que guardarás todos sus mandamientos, 19 de modo que él te ponga más alto que todas las naciones que ha hecho, en cuanto a alabanza, renombre y gloria; para que tú seas un pueblo santo para el SEÑOR tu Dios, como él ha prometido”.

Deuteronomio 27:1-10 (RVA2015)


27 Moisés, con los ancianos de Israel, mandó al pueblo diciendo: “Guardarán todos los mandamientos que yo te mando hoy. Y sucederá el día que crucen el Jordán hacia la tierra que les da el SEÑOR tu Dios, que se levantarán piedras grandes, las cuales recubrirán con cal. Sobre ellas escribirán todas las palabras de esta ley, cuando hayas cruzado para entrar en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, tierra que fluye leche y miel, como te ha prometido el SEÑOR, Dios de tus padres. Cuando hayan cruzado el Jordán, levantarán estas piedras en el monte Ebal[a], como yo les mando hoy, y las recubrirán con cal. Allí edificarán un altar al SEÑOR tu Dios, un altar de piedras. No alzarán sobre ellas herramientas de hierro. Edificarán el altar del SEÑOR tu Dios de piedras sin labrar. Sobre él ofrecerás holocaustos al SEÑOR tu Dios, y harás sacrificios de paz. Allí comerás y te regocijarás delante del SEÑOR tu Dios, y escribirás en las piedras todas las palabras de esta ley, con toda claridad”.

Luego Moisés y los sacerdotes levitas hablaron a todo Israel diciendo: “Oh Israel, guarda silencio y escucha: Hoy has venido a ser pueblo del SEÑOR tu Dios. 10 Escucharás, pues, la voz del SEÑOR tu Dios, y cumplirás sus mandamientos y sus leyes que yo te mando hoy”.

Deuteronomio 27:11 – 28:6 (RVA2015)


11 Aquel día Moisés mandó al pueblo diciendo: 12 “Después de haber cruzado el Jordán, estos estarán sobre el monte Gerizim para bendecir al pueblo: Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín. 13 Y estos estarán en el monte Ebal para pronunciar la maldición: Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí.

14 “Los levitas hablarán y dirán a todo hombre de Israel en alta voz:

15 “‘¡Maldito el hombre que haga una imagen tallada o una imagen de fundición, obra de mano de escultor (lo cual es abominación al SEÑOR), y la guarde en oculto!’. Y todo el pueblo responderá y dirá: ‘¡Amén!’.

16 “‘¡Maldito el que trate con desprecio a su padre o a su madre!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

17 “‘¡Maldito el que cambie de lugar los linderos de su prójimo!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

18 “‘¡Maldito el que haga errar al ciego en el camino!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

19 “‘¡Maldito el que pervierta el derecho del forastero, del huérfano y de la viuda!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

20 “‘¡Maldito el que se acueste con la mujer de su padre, porque descubre el manto[a] de su padre!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

21 “‘¡Maldito el que tenga cópula con cualquier animal!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

22 “‘¡Maldito el que se acueste con su hermana, hija de su padre o hija de su madre!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

23 “‘¡Maldito el que se acueste con su suegra!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

24 “‘¡Maldito el que hiera de muerte a su prójimo en secreto!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

25 “‘¡Maldito el que acepte soborno para matar a un inocente!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

26 “‘¡Maldito el que no cumpla las palabras de esta ley, poniéndolas por obra!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

28 “Y sucederá que si escuchas diligentemente la voz del SEÑOR tu Dios, procurando poner por obra todos sus mandamientos que yo te mando hoy, también el SEÑOR tu Dios te enaltecerá sobre todas las naciones de la tierra. Cuando obedezcas la voz del SEÑOR tu Dios, vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán:

“Bendito serás en la ciudad, y bendito en el campo.

“Benditos serán el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra y el fruto de tu ganado, la cría de tus vacas y el aumento de tus ovejas.

“Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.

“Bendito serás al entrar, y bendito al salir.

Deuteronomio 28:7-69 (RVA2015)


“El SEÑOR hará que tus enemigos que se levanten contra ti sean derrotados delante de ti. Por un camino saldrán hacia ti, y por siete caminos huirán de ti.

“El SEÑOR mandará bendición a tus graneros y a todo lo que emprenda tu mano. Él te bendecirá en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. Si guardas los mandamientos del SEÑOR tu Dios y andas en sus caminos, el SEÑOR te confirmará como pueblo santo suyo, como te ha jurado. 10 Todos los pueblos de la tierra verán que eres llamado por el nombre del SEÑOR, y te temerán.

11 “El SEÑOR hará que sobreabundes en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tus animales y en el fruto de tu campo, en la tierra que el SEÑOR juró a tus padres que te daría. 12 Él te abrirá su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo y para bendecir toda la obra de tus manos. Tú darás prestado a muchas naciones, pero tú no pedirás prestado.

13 “Si obedeces los mandamientos del SEÑOR tu Dios que yo te mando hoy para que los guardes y cumplas, el SEÑOR te pondrá como cabeza y no como cola. Estarás encima, nunca debajo.

14 “No se aparten de todas las palabras que yo les mando hoy ni a la derecha ni a la izquierda, para ir tras otros dioses a fin de rendirles culto.

15 “Pero si no escuchas la voz del SEÑOR tu Dios a fin de procurar poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te mando hoy, todas estas maldiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán:

16 “Maldito serás en la ciudad, y maldito en el campo.

17 “Malditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.

18 “Malditos serán el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas y el aumento de tus ovejas.

19 “Maldito serás al entrar, y maldito al salir.

20 “El SEÑOR enviará contra ti maldición, turbación y reprensión en todo lo que emprenda tu mano, hasta que seas destruido y perezcas rápidamente a causa de la maldad de tus hechos, por los cuales me habrás abandonado.

21 “El SEÑOR hará que se te pegue la peste hasta acabar contigo en la tierra a la cual entras para tomarla en posesión. 22 El SEÑOR te herirá con tisis, con fiebre, con inflamación, con calor sofocante, con sequía, con tizón y con hongos, los cuales te perseguirán hasta que perezcas. 23 Tus cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti será de hierro. 24 En lugar de lluvia el SEÑOR dará a tu tierra polvo y ceniza, los cuales descenderán del cielo sobre ti hasta que perezcas.

25 “El SEÑOR hará que seas derrotado delante de tus enemigos. Por un camino saldrás hacia ellos, y por siete caminos huirás de ellos. Así serás objeto de horror para todos los reinos de la tierra. 26 Tu cadáver servirá de comida a todas las aves del cielo y a los animales de la tierra, y no habrá quien los espante.

27 “El SEÑOR te afligirá con sarpullido de Egipto, con tumores, con sarna y con comezón, de los que no puedas ser sanado.

28 “El SEÑOR te afligirá con locura, con ceguera y con confusión de la mente. 29 Palparás al mediodía, como palpa el ciego en la oscuridad, y no tendrás éxito en tus caminos. Todos los días serás oprimido y robado, sin que haya quien te libre. 30 Te desposarás con una mujer, y otro hombre dormirá con ella. Edificarás una casa, y no la habitarás. Plantarás una viña, y no la vendimiarás. 31 Tu buey será matado ante tus ojos, pero no comerás de él. Tu asno será arrebatado delante de ti, y no te será devuelto. Tus ovejas serán dadas a tus enemigos, y no tendrás quien te las rescate. 32 Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo. Tus ojos lo verán y se desesperarán por ellos todo el día, pero tu mano no podrá hacer nada. 33 El fruto de tu tierra y de toda tu labor lo comerá un pueblo que no has conocido. Serás oprimido y quebrantado todos los días, 34 y enloquecerás a causa de lo que verán tus ojos.

35 “El SEÑOR te afligirá con úlcera maligna en las rodillas y en las piernas, y desde la planta de tu pie hasta tu coronilla, sin que puedas ser sanado.

36 “El SEÑOR te llevará a ti, y a tu rey que hayas establecido sobre ti, a una nación que ni tú ni tus padres han conocido. Allá rendirás culto a otros dioses de madera y de piedra. 37 Serás objeto de horror y servirás de refrán y de hazmerreír a todos los pueblos a los cuales te lleve el SEÑOR.

38 “Llevarás mucha semilla al campo, pero cosecharás poco; porque la langosta la consumirá. 39 Plantarás viñas y las cuidarás, pero no recogerás uvas ni beberás vino; porque el gusano se las comerá. 40 Tendrás olivos por todo tu territorio, pero no te ungirás con aceite; porque tus olivas se caerán. 41 Engendrarás hijos e hijas, pero no serán para ti; porque serán llevados cautivos. 42 La langosta tomará posesión de toda tu arboleda y del fruto de tu tierra. 43 El forastero que habite en medio de ti subirá cada vez más alto que tú, pero tú descenderás cada vez más bajo. 44 Él podrá prestarte a ti, pero tú no podrás prestarle a él. Él será la cabeza, y tú serás la cola. 45 Sobre ti vendrán todas estas maldiciones. Te perseguirán y te alcanzarán hasta que perezcas, porque no habrás escuchado la voz del SEÑOR tu Dios, a fin de guardar los mandamientos y los estatutos que él te ha mandado. 46 Y serán en ti señal y prodigio, y también en tu descendencia, para siempre.

47 “Por no haber servido al SEÑOR tu Dios con alegría y gozo de corazón por la abundancia de todo, 48 servirás a tus enemigos que el SEÑOR enviará contra ti, en medio del hambre, de la sed, de la desnudez y de la falta de todas las cosas. Él pondrá sobre tu cuello un yugo de hierro, hasta destruirte. 49 El SEÑOR traerá, desde el extremo de la tierra, una nación lejana que se abalanzará sobre ti como el águila, una nación cuyo idioma no entiendas, 50 gente de aspecto fiero, que no respetará al anciano ni tendrá compasión del niño. 51 Comerá el fruto de tus animales y el fruto de tu tierra hasta que tú perezcas. No dejará para ti el grano ni el vino nuevo ni el aceite ni la cría de tus vacas ni el aumento de tus ovejas, hasta destruirte.

52 “Él te asediará en todas tus ciudades, hasta que en toda tu tierra caigan tus murallas altas y fortificadas en las cuales confías. Él te asediará en todas tus ciudades y en toda la tierra que el SEÑOR tu Dios te haya dado. 53 En el asedio y en la angustia con que te angustiará tu enemigo, comerás el fruto de tu vientre: la carne de tus hijos y de tus hijas que el SEÑOR tu Dios te haya dado. 54 Aun el hombre más tierno y acostumbrado a los deleites en medio de ti mirará malévolamente a su hermano, a su amada mujer y al resto de sus hijos que queden, 55 para no compartir con ninguno de ellos la carne de sus hijos que él se comerá. Porque nada le habrá quedado, debido al asedio y a la angustia con que te angustiará tu enemigo en todas tus ciudades. 56 También la mujer más tierna y acostumbrada a los deleites en medio de ti, que nunca probó asentar la planta de su pie sobre el suelo a causa de su delicadeza y de su ternura, mirará malévolamente a su amado marido, a su hijo y a su hija. 57 Hasta la placenta que sale de entre sus piernas, y los hijos que dé a luz, se los comerá a escondidas, debido a que faltará todo por causa del asedio y la angustia con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.

58 “Si no cuidas de poner por obra todas las palabras de esta ley, escritas en este libro, temiendo este nombre grande y temible, el SEÑOR tu Dios, 59 entonces aumentará el SEÑOR asombrosamente tus plagas y las plagas de tus descendientes, plagas graves y crónicas, enfermedades malignas y crónicas. 60 Él traerá contra ti todas las enfermedades de Egipto, de las cuales tuviste miedo, y se te pegarán. 61 El SEÑOR también enviará sobre ti todas las enfermedades y todas las plagas que no están mencionadas en el libro de esta ley, hasta que seas destruido. 62 Y después de haber sido tan numerosos como las estrellas del cielo, quedarán pocos en número, porque no habrás obedecido la voz del SEÑOR tu Dios.

63 “Y sucederá que como el SEÑOR se gozó en ustedes para hacerles el bien y para multiplicarlos, así se gozará en ustedes para arruinarlos y destruirlos. Serán arrancados de la tierra en la cual entran para tomarla en posesión. 64 El SEÑOR te esparcirá entre todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierra. Allí rendirán culto a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres han conocido. 65 Y entre aquellas naciones no tendrás tranquilidad ni habrá reposo para la planta de tu pie. Allí te dará el SEÑOR corazón tembloroso, decaimiento de ojos y desesperación del alma. 66 Vivirás en constante suspenso; estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida. 67 Debido a lo que temerá tu corazón y por lo que verán tus ojos, dirás por la mañana: ‘¡Oh, si fuera de noche!’. Y dirás por la noche: ‘¡Oh, si fuera de mañana!’. 68 Y el SEÑOR te hará volver a Egipto en navíos, por el camino del cual yo te había dicho: ‘¡Nunca más volverán a verlo!’. Allí ustedes se ofrecerán en venta como esclavos y esclavas a sus enemigos, y no habrá quien los compre”.

Deuteronomio 29:1-8 (RVA2015)


29 Estas son las palabras del pacto que el SEÑOR mandó a Moisés que hiciera con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que hizo con ellos en Horeb.

Moisés llamó a todo Israel y les dijo: “Ustedes han visto todo lo que el SEÑOR hizo ante sus ojos en la tierra de Egipto al faraón, a todos sus servidores y a toda su tierra; las grandes pruebas que sus ojos vieron, aquellas grandes señales y prodigios. Pero hasta el día de hoy el SEÑOR no les ha dado corazón para entender ni ojos para ver ni oídos para oír.

“Yo los he conducido cuarenta años por el desierto. Sus vestidos no se han envejecido sobre ustedes ni sus zapatos se han gastado en sus pies. No han comido pan ni tomado vino ni licor, para que sepan que yo soy el SEÑOR su Dios. Así llegaron a este lugar, y cuando Sejón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, salieron para combatir contra nosotros, los derrotamos. Luego tomamos su tierra y la dimos por posesión a Rubén, a Gad y a la media tribu de Manasés.

Isaías 60:1-22 (RVA2015)


60 “¡Levántate! ¡Resplandece! Porque ha llegado tu luz, y la gloria del SEÑOR ha resplandecido sobre ti. Porque he aquí que las tinieblas cubrirán la tierra; y la oscuridad, los pueblos. Pero sobre ti resplandecerá el SEÑOR, y sobre ti será vista su gloria. Entonces las naciones andarán en tu luz, y los reyes al resplandor de tu amanecer.

“Alza tus ojos en derredor y mira: Todos ellos se han reunido y han venido a ti. Tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán traídas[a] en brazos. Entonces lo verás y resplandecerás. Tu corazón se estremecerá y se ensanchará, porque la abundancia del mar se habrá vuelto a ti, y la riqueza de las naciones te será traída. Una multitud de camellos te cubrirá, dromedarios de Madián y de Efa; todos ellos vendrán de Seba. Traerán oro e incienso, y proclamarán las alabanzas del SEÑOR. Todo el ganado de Quedar será reunido para ti; carneros de Nebayot te servirán. Serán una grata ofrenda sobre mi altar, y hermosearé el templo de mi esplendor.

“¿Quiénes son estos que vuelan como nubes, y como palomas hacia sus palomares? Ciertamente, en mí esperarán las costas; y a la cabeza estarán las naves de Tarsis para traer de lejos a tus hijos con su plata y su oro, por el nombre del SEÑOR tu Dios y por el Santo de Israel que te ha llenado de esplendor.

10 “Los hijos de los extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán. Aunque en mi furor te herí, en mi buena voluntad tendré de ti misericordia. 11 Tus puertas estarán abiertas continuamente. No se cerrarán ni de día ni de noche, para que sean traídas a ti las riquezas de las naciones, y te sean conducidos sus reyes. 12 Porque la nación y el reino que no te sirvan perecerán; tales naciones serán completamente destruidas.

13 “La gloria del Líbano vendrá a ti: cipreses, olmos y abetos para embellecer el lugar de mi santuario. Yo haré glorioso el lugar de mis pies. 14 Humillados vendrán a ti los hijos de los que te afligieron; a las plantas de tus pies se postrarán todos los que te menospreciaban. Te llamarán Ciudad del SEÑOR, Sion del Santo de Israel. 15 Aunque fuiste abandonada y aborrecida y no había quien caminara por ti, te convertiré en gloria eterna, motivo de regocijo de generación en generación. 16 Mamarás la leche de las naciones; mamarás el pecho de los reyes. Así conocerás que yo, el SEÑOR, soy tu Salvador y tu Redentor, el Fuerte de Jacob.

17 “En lugar de cobre traeré oro; y en lugar de hierro, plata. En lugar de madera traeré bronce; y en lugar de piedras, hierro. Pondré la paz como tus administradores y la justicia como tus recaudadores. 18 Nunca más se oirá de violencia en tu tierra ni de destrucción y ruina en tus territorios. Más bien, a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas Alabanza.

19 “El sol nunca más te servirá de luz durante el día ni te alumbrará el resplandor de la luna. El SEÑOR será para ti luz eterna; tu Dios será tu gloria. 20 Tu sol no se pondrá jamás ni te será quitada la luna; porque el SEÑOR será luz eterna para ti, y los días de tu duelo se acabarán.

21 “Entonces tu pueblo, todos ellos serán justos; para siempre heredarán la tierra. Ellos son los vástagos de mi plantío, la obra de mis manos, para manifestar mi gloria. 22 El más pequeño equivaldrá a mil; y el menor, a una nación poderosa. Yo, el SEÑOR, a su tiempo lo apresuraré”.

Lucas 24:44-53 (RVA2015)


44 Y les dijo:

—Estas son las palabras que les hablé estando aún con ustedes: que era necesario que se cumplieran todas estas cosas que están escritas de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.

45 Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras, 46 y les dijo:

—Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciera y resucitara de los muertos al tercer día; 47 y que en su nombre se predicara el arrepentimiento y[a] la remisión de pecados en todas las naciones comenzando desde Jerusalén. 48 Y ustedes son testigos de estas cosas. 49 He aquí yo enviaré el cumplimiento de la promesa de mi Padre sobre ustedes. Pero quédense ustedes en la ciudad hasta que sean investidos del poder de lo alto.

50 Entonces él los llevó fuera hasta Betania y, alzando sus manos, los bendijo. 51 Aconteció que al bendecirlos, se fue de ellos y era llevado arriba al cielo. 52 Después de haberlo adorado, ellos regresaron a Jerusalén con gran gozo 53 y se hallaban continuamente en el templo, bendiciendo a Dios.

Y tú te alegrarás, y también el Levita y el extranjero que está en medio de ti, por todo el bien que el Señor tu Dios te ha dado a ti y a tu casa…
וְשָׂמַחְתָּ֣ בְכָל־הַטּ֗וֹב אֲשֶׁ֧ר נָֽתַן־לְךָ֛ יְהוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ וּלְבֵיתֶ֑ךָ אַתָּה֙ וְהַלֵּוִ֔י וְהַגֵּ֖ר אֲשֶׁ֥ר בְּקִרְבֶּֽךָ

Primeros Frutos de Mashíaj .

Tomarás las primicias de todos los frutos del suelo que recojas de la tierra que el Señor tu Dios te da, y las pondrás en una canasta e irás al lugar que el Señor tu Dios escoja para establecer Su nombre.

Deuteronomio 16:20

En los días del Templo los granjeros de la tierra de Israel debían apartar los primeros frutos del trigo, cebada, uvas, higo, granadas, olivos y todos los productos de la tierra.1 Cuando uno de los granjeros iba a su viñedo, su huerta u olivar, el se aseguraba de cuáles de los productos estaban floreciendo o madurando para la siega, luego los mascaba poniéndoles un cordón en la espiga. Cuando llegaba la cosecha, lo traía a una canasta en el Templo en Jerusalén. Usualmente, esto tenía lugar en la Fiesta de Shavout, o conocida como Pentecostés.

En el Tempo, el presentaba los primeros frutos al sacerdote y recitaba una declaración litúrgica que está señalada en Devarim 26:5-11. El mandamiento de dar o presentar los primeros frutos al Eterno, nos recuerda que todas las cosas provienen de Él. Al regresarle al Eterno la primera porción de la que El nos ha provisto, estamos demostrando nuestra gratitud y nos recuerda que el Eterno mismo es nuestra provisión.

En la Torah, el mismo principio está demostrado en cuanto a ofrendar o dedicar el primogénito de los animales al Eterno, consagrando también al primogénito de la familia, y también los diferentes tipos de diezmos.

En los Escritos Apostólicos, los creyentes del Primer Siglo eran considerados los Primeros Frutos del ministerio de Mashíaj, igual que los peregrinos que ascendían a la celebración de la Fiesta de Shavout, traían consigo las canastas de los primeros frutos para presentarlos ante el Eterno. Los seguidores de Yeshúa, también se congregaban en el Templo para Shavuot, y en Hechos Cap. 2 es donde ocurre esta primera demostración ya más visible de estos primeros frutos de Mashíaj. En ese día esos primeros frutos o esos primeros frutos de creyentes recibieron el derramamiento del Ruaj HaKodesh y miles fueron agregados al número de la kehilah. Ellos eran los primeros frutos de la obra, del trabajo de Yeshúa. Pero obviamente, no eran ellos los últimos. Todavía estamos cosechando de esa gran cosecha.

Esto puede compararse a la manera en que el Profeta Oseas se refiere a Abraham Isaac y Jacob,

Como las primicias de la higuera en su primera cosecha vi a sus padres…

Oseas 9:10

Avraham, Yitzjack y Iaacov eran los primeros frutos de nuestra fe. Ellos fueron los primeros creyentes. Igualmente, los apóstoles, fueron los primeros frutos de la fe mesiánica. Pablo se refiere a los Corintios (16:15) que fueron los primeros convertidos de Acaya, y que se han dedicado al servicio de los santos, Esto significa que ellos eran parte de esos primeros creyentes que confesaban a Yeshúa en Corinto.

En relación a la resurrección de los muertos Shaul dice:

Pero ahora Mashíaj ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron (murieron)

1 Corintios 15:20

Y también dice,

Porque así como en Adán todos mueren, también en Mashíaj todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Mashíaj, las primicias; luego los que son de Mashíaj en Su venida…

1 Corintios 15:22-23.

Esto significa que Shaúl comparaba la resurrección total de los muertos a esa gran cosecha de seres humanos, aunque Mashíaj no fue realmente el primero en ser resucitado de los muertos. El fue el primero que resucitó para una vida de inmortalidad. En otras palabras, fue el primero que resucito que no volvería a morir. Por lo tanto, El es comparado a las primeras cosechas de los frutos de quienes serán transformados de este cuerpo mortal a un estado de inmortalidad, posteriormente en el capitulo Shaúl continua con esas imágenes de la horticultura para ilustrar la resurrección,

¡Necio! Lo que tú siembras no llega a tener vida si antes no muere. Y lo que siembras, no siembras el cuerpo que nacerá, sino el grano desnudo, quizás de trigo o de alguna otra especie. Pero Dios le da un cuerpo como El quiso, y a cada semilla su propio cuerpo…

1 Corintios 15:36-38

Como lo hemos señalado en el comentario de Devarim 7:13 Yeshúa también usaba la germinación y brote del grano como prototipo de la resurrección de los muertos. En Juan 12:34, Yeshua preparó a Sus discípulos para Su muerte y resurrección diciéndoles,

En verdad les digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, produce mucho fruto…

Juan 12:34