Lectura parasha Bereshit

בְּרֵאשִׁ֖ית בָּרָ֣א אֱלֹהִ֑ים אֵ֥ת הַשָּׁמַ֖יִם וְאֵ֥ת הָאָֽרֶץ׃

Bere’shit bara’ ‘Elohim ‘et hashamayim ve’et ha’aretz

En el principio “trajo a la existencia” Elohim los cielos y la tierra.

Torah

Bereshit (Génesis) 1:1 – 6:8

Haftarah

1 Shemuel (Samuel) 20:18-42

Brit Jadashah

Yojanan (Juan) 1:1 – 14
Kolosim (Colosenses) 1:15 – 17,
Hitgalut (Revelación) 22:6-21

Génesis 1:1 – 2:3 (RVA2015)


1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba sin orden y vacía. Había tinieblas sobre la faz del océano, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

Entonces dijo Dios: “Sea la luz”, y fue la luz. Dios vio que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas. Dios llamó a la luz “día”, y a las tinieblas llamó “noche”. Y fue la tarde y fue la mañana del primer día.

Entonces dijo Dios: “Haya una bóveda en medio de las aguas, para que separe las aguas de las aguas”. E hizo Dios la bóveda, y separó las aguas que están debajo de la bóveda de las aguas que están sobre la bóveda. Y fue así. Dios llamó a la bóveda “cielos”. Y fue la tarde y fue la mañana del segundo día.

Entonces dijo Dios: “Reúnanse las aguas que están debajo del cielo en un solo lugar, de modo que aparezca la parte seca”. Y fue así. 10 Llamó Dios a la parte seca “tierra”, y a la reunión de las aguas llamó “mares”; y vio Dios que esto era bueno. 11 Después dijo Dios: “Produzca la tierra hierba, plantas que den semilla y árboles frutales que den fruto según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra”. Y fue así. 12 La tierra produjo hierba, plantas que dan semilla según su especie, árboles frutales cuya semilla está en su fruto según su especie. Y vio Dios que esto era bueno. 13 Y fue la tarde y fue la mañana del tercer día.

14 Entonces dijo Dios: “Haya lumbreras en la bóveda del cielo para distinguir el día de la noche, para servir de señales, para las estaciones y para los días y los años. 15 Así sirvan de lumbreras para que alumbren la tierra desde la bóveda del cielo”. Y fue así. 16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para dominar en el día, y la lumbrera menor para dominar en la noche. Hizo también las estrellas. 17 Dios las puso en la bóveda del cielo para alumbrar sobre la tierra, 18 para dominar en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que esto era bueno. 19 Y fue la tarde y fue la mañana del cuarto día.

20 Entonces dijo Dios: “Produzcan las aguas innumerables seres vivientes, y haya aves que vuelen sobre la tierra, en la bóveda del cielo”. 21 Y creó Dios los grandes animales acuáticos, todos los seres vivientes que se desplazan y que las aguas produjeron según su especie, y toda ave alada según su especie. Vio Dios que esto era bueno, 22 y los bendijo Dios diciendo: “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen las aguas de los mares; y multiplíquense las aves en la tierra”. 23 Y fue la tarde y fue la mañana del quinto día.

24 Entonces dijo Dios: “Produzca la tierra seres vivientes según su especie: ganado, reptiles y animales de la tierra según su especie”. Y fue así. 25 Hizo Dios los animales de la tierra según su especie, el ganado según su especie y los reptiles de la tierra según su especie. Y vio Dios que esto era bueno.

26 Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y tenga dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo, el ganado, y en toda la tierra, y sobre todo animal que se desplaza sobre la tierra”. 27 Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. 28 Dios los bendijo y les dijo: “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra; sojúzguenla y tengan dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se desplazan sobre la tierra”. 29 Dios dijo además: “He aquí que les he dado toda planta que da semilla que está sobre la superficie de toda la tierra, y todo árbol cuyo fruto lleva semilla; ellos les servirán de alimento. 30 Y a todo animal de la tierra, a toda ave del cielo, y a todo animal que se desplaza sobre la tierra, en que hay vida, toda planta les servirá de alimento”. Y fue así. 31 Dios vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno. Y fue la tarde y fue la mañana del sexto día.

Así fueron terminados los cielos y la tierra y todos sus ocupantes. El séptimo día Dios había terminado la obra que hizo, y reposó en el séptimo día de toda la obra que había hecho. Por eso Dios bendijo y santificó el séptimo día, porque en él reposó de toda su obra de creación que Dios había hecho.

Génesis 2:4-19 (RVA2015)


4 Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra, cuando fueron creados. Cuando el SEÑOR Dios hizo la tierra y los cielos, 5 aún no había en la tierra ningún arbusto del campo ni había germinado ninguna planta del campo, porque el SEÑOR Dios no había hecho llover sobre la tierra ni había hombre para cultivarla. 6 Pero subía de la tierra un manantial que regaba toda la superficie de la tierra.

7 Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre llegó a ser un ser viviente.

8 Y plantó el SEÑOR Dios un jardín en Edén, en el oriente, y puso allí al hombre que había formado. 9 El SEÑOR Dios hizo brotar de la tierra toda clase de árboles atractivos a la vista y buenos para comer; también en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

10 Un río salía de Edén para regar el jardín, y de allí se dividía en cuatro brazos. 11 El nombre del primero era Pisón. Este rodeaba toda la tierra de Havila, donde hay oro. 12 Y el oro de aquella tierra es bueno. También hay allí ámbar y ónice. 13 El nombre del segundo río era Guijón. Este rodeaba toda la tierra de Etiopía. 14 El nombre del tercer río era Tigris, que corre al oriente de Asiria. Y el cuarto río era el Éufrates.

15 Tomó, pues, el SEÑOR Dios al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivara y lo guardara. 16 Y el SEÑOR Dios mandó al hombre diciendo: “Puedes comer de todos los árboles del jardín; 17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él, ciertamente morirás”.

18 Dijo además el SEÑOR Dios: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea”. 19 El SEÑOR Dios, pues, formó de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría. Lo que el hombre llamó a los animales, ese es su nombre.

Génesis 2:20 – 3:21 (RVA2015)


20 El hombre puso nombres a todo el ganado, a las aves del cielo y a todos los animales del campo. Pero para Adán no halló ayuda que le fuera idónea.

21 Entonces el SEÑOR Dios hizo que sobre el hombre cayera un sueño profundo; y mientras dormía, tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar. 22 Y de la costilla que el SEÑOR Dios tomó del hombre, hizo una mujer y la trajo al hombre. 23 Entonces dijo el hombre: “Ahora, esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada ‘mujer’[a], porque fue tomada del hombre”. 24 Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. 25 Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban.

3 Entonces la serpiente, que era el más astuto de todos los animales del campo que el SEÑOR Dios había hecho, dijo a la mujer:

—¿De veras Dios les ha dicho: “No coman de ningún árbol del jardín”?

2 La mujer respondió a la serpiente:

—Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. 3 Pero del fruto del árbol que está en medio del jardín ha dicho Dios: “No coman de él ni lo toquen, no sea que mueran”.

4 Entonces la serpiente dijo a la mujer:

—Ciertamente no morirán. 5 Es que Dios sabe que el día que coman de él, los ojos les serán abiertos, y serán como Dios, conociendo el bien y el mal.

6 Entonces la mujer vio que el árbol era bueno para comer, que era atractivo a la vista y que era árbol codiciable para alcanzar sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió. Y también dio a su marido que estaba con ella, y él comió. 7 Y fueron abiertos los ojos de ambos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

8 Cuando oyeron la voz del SEÑOR Dios que se paseaba por el jardín en la brisa del día, el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del jardín. 9 Pero el SEÑOR Dios llamó al hombre y le preguntó:

—¿Dónde estás tú?

10 Él respondió:

—Oí tu voz en el jardín y tuve miedo, porque estaba desnudo. Por eso me escondí.

11 Le preguntó Dios:

—¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te mandé que no comieras?

12 El hombre respondió:

—La mujer que me diste por compañera, ella me dio del árbol, y yo comí.

13 Entonces el SEÑOR Dios dijo a la mujer:

—¿Por qué has hecho esto?

La mujer dijo:

—La serpiente me engañó, y comí.

14 Entonces el SEÑOR Dios dijo a la serpiente:

—Porque hiciste esto, serás maldita entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón.

16 A la mujer dijo:

—Aumentaré mucho tu sufrimiento en el embarazo; con dolor darás a luz a los hijos. Tu deseo te llevará a tu marido, y él se enseñoreará de ti.

17 Y al hombre dijo:

—Porque obedeciste la voz de tu mujer y comiste del árbol del que te mandé diciendo: “No comas de él”, sea maldita la tierra por tu causa. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida; 18 espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y al polvo volverás.

20 El hombre llamó el nombre de su mujer Eva[b], porque ella sería la madre de todos los vivientes.

21 Luego el SEÑOR Dios hizo vestidos de piel para Adán[c] y para su mujer, y los vistió.

Génesis 3:22 – 4:18 (RVA2015)


22 Y el SEÑOR Dios dijo:

—He aquí que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal. Ahora pues, que no extienda su mano, tome también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre.

23 Y el SEÑOR Dios lo arrojó del jardín de Edén, para que labrara la tierra de la que fue tomado. 24 Expulsó, pues, al hombre y puso querubines al oriente del jardín de Edén, y una espada incandescente que se movía en toda dirección, para guardar el camino al árbol de la vida.

4 El hombre conoció a Eva su mujer, la cual concibió y dio a luz a Caín[a]. Entonces ella dijo: “¡He adquirido un varón de parte del SEÑOR Dios!”. Después dio a luz a su hermano Abel. Abel fue pastor de ovejas; y Caín, labrador de la tierra.

Aconteció después de un tiempo que Caín trajo, del fruto de la tierra, una ofrenda al SEÑOR. Abel también trajo una ofrenda de los primogénitos de sus ovejas, lo mejor de ellas. Y el SEÑOR miró con agrado a Abel y su ofrenda, pero no miró con agrado a Caín ni su ofrenda. Por eso Caín se enfureció mucho, y decayó su semblante. Entonces el SEÑOR dijo a Caín:

—¿Por qué te has enfurecido? ¿Por qué ha decaído tu semblante? Si haces lo bueno, ¿no serás enaltecido? Pero si no haces lo bueno, el pecado está a la puerta y te seducirá; pero tú debes enseñorearte de él.

Caín habló con su hermano Abel. Y sucedió que estando juntos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató. Entonces el SEÑOR preguntó a Caín:

—¿Dónde está tu hermano Abel?

Y respondió:

—No sé. ¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?

10 Le preguntó:

—¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. 11 Ahora pues, maldito seas tú, lejos de la tierra que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. 12 Cuando trabajes la tierra, ella no te volverá a dar su fuerza. Y serás errante y fugitivo en la tierra.

13 Caín dijo al SEÑOR:

—¡Grande es mi castigo para ser soportado! 14 He aquí que me echas hoy de la faz de la tierra, y me esconderé de tu presencia. Seré errante y fugitivo en la tierra, y sucederá que cualquiera que me halle me matará.

15 El SEÑOR le respondió:

—No será así. Cualquiera que mate a Caín será castigado siete veces.

Entonces el SEÑOR puso una señal sobre Caín, para que no lo matara cualquiera que lo hallara. 16 Así partió Caín de delante del SEÑOR, y habitó en la tierra de Nod, al oriente de Edén.

17 Caín conoció a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc. Caín edificó una ciudad a la cual llamó según el nombre de su hijo Enoc. 18 A Enoc le nació Irad. E Irad engendró a Mejuyael. Mejuyael engendró a Metusael. Y Metusael engendró a Lamec.

Génesis 4:19-22 (RVA2015)


19 Lamec tomó para sí dos mujeres. El nombre de la una fue Ada; y el nombre de la otra, Zila. 20 Ada dio a luz a Jabal, quien llegó a ser el padre de los que habitan en tiendas y crían ganado. 21 El nombre de su hermano fue Jubal, quien llegó a ser padre de todos los que tocan el arpa y la flauta. 22 Zila también dio a luz a Tubal-caín, maestro de todos los que trabajan el bronce y el hierro. Y la hermana de Tubal-caín fue Naama.

Génesis 4:23 – 5:24 (RVA2015)


23 Entonces Lamec dijo a sus mujeres:

“Ada y Zila, oigan mi voz.

Oh mujeres de Lamec, escuchen mi dicho:

Yo maté a un hombre, porque me hirió;

maté a un muchacho, porque me golpeó.

24 Si Caín ha de ser vengado siete veces,

Lamec lo será setenta y siete veces”.

25 Adán conoció de nuevo a su mujer, y ella dio a luz un hijo y llamó su nombre Set, diciendo: “Porque Dios me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín”. 26 A Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces se comenzó a invocar el nombre del SEÑOR.

5 Este es el libro de los descendientes de Adán:

Cuando Dios creó al hombre, lo hizo a semejanza de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo. Y el día que fueron creados, llamó el nombre de ellos “hombre”.

Cuando Adán tenía ciento treinta años, engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set. Los años que vivió Adán después de engendrar a Set fueron ochocientos, y engendró hijos e hijas. Todos los años que vivió Adán fueron novecientos treinta, y murió.

Cuando Set tenía ciento cinco años, engendró a Enós. Set vivió después de engendrar a Enós ochocientos siete años, y engendró hijos e hijas. Todos los años de Set fueron novecientos doce, y murió.

Cuando Enós tenía noventa años, engendró a Cainán. 10 Enós vivió después de engendrar a Cainán ochocientos quince años, y engendró hijos e hijas. 11 Todos los años de Enós fueron novecientos cinco, y murió.

12 Cuando Cainán tenía setenta años, engendró a Mahalaleel. 13 Cainán vivió después de engendrar a Mahalaleel ochocientos cuarenta años, y engendró hijos e hijas. 14 Todos los años de Cainán fueron novecientos diez, y murió.

15 Cuando Mahalaleel tenía sesenta y cinco años, engendró a Jared. 16 Mahalaleel vivió después de engendrar a Jared ochocientos treinta años, y engendró hijos e hijas. 17 Todos los años de Mahalaleel fueron ochocientos noventa y cinco, y murió.

18 Cuando Jared tenía ciento sesenta y dos años, engendró a Enoc. 19 Jared vivió después de engendrar a Enoc ochocientos años, y engendró hijos e hijas. 20 Todos los años de Jared fueron novecientos sesenta y dos, y murió.

21 Cuando Enoc tenía sesenta y cinco años, engendró a Matusalén. 22 Enoc caminó con Dios trescientos años después de engendrar a Matusalén, y engendró hijos e hijas. 23 Todos los años de Enoc fueron trescientos sesenta y cinco años. 24 Caminó, pues, Enoc con Dios y desapareció, porque Dios lo llevó consigo.

Génesis 5:25 – 6:8 (RVA2015)


25 Cuando Matusalén tenía ciento ochenta y siete años, engendró a Lamec. 26 Matusalén vivió después de engendrar a Lamec setecientos ochenta y dos años, y engendró hijos e hijas. 27 Todos los años de Matusalén fueron novecientos sesenta y nueve, y murió.

28 Cuando Lamec tenía ciento ochenta y dos años, engendró un hijo, 29 y llamó su nombre Noé[a] diciendo: “Este nos aliviará de nuestras obras y de la penosa labor de nuestras manos, a causa de la tierra que el SEÑOR maldijo”. 30 Lamec vivió después de engendrar a Noé quinientos noventa y cinco años, y engendró hijos e hijas. 31 Todos los años de Lamec fueron setecientos setenta y siete, y murió.

32 Cuando Noé tenía quinientos años, engendró a Sem, a Cam y a Jafet.

6 Aconteció que cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra, les nacieron hijas. Y viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran bellas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. Entonces el SEÑOR dijo: “No contenderá para siempre mi espíritu con el hombre, por cuanto él es carne, y su vida será de ciento veinte años”.

En aquellos días había gigantes en la tierra, y aun después, cuando se unieron los hijos de Dios con las hijas de los hombres y les nacieron hijos. Ellos eran los héroes que desde la antigüedad fueron hombres de renombre.

El SEÑOR vio que la maldad del hombre era mucha en la tierra, y que toda tendencia de los pensamientos de su corazón era de continuo solo al mal. Entonces el SEÑOR lamentó haber hecho al hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo el SEÑOR: “Arrasaré de la faz de la tierra los seres que he creado, desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo; porque lamento haberlos hecho”. Pero Noé halló gracia ante los ojos del SEÑOR.

Isaías 42:5- 43:10 (RVA2015)


Así dice Dios el SEÑOR, el que crea los cielos y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos, y el que da respiración al pueblo que está en ella y aliento a los que andan por ella: “Yo, el SEÑOR, te he llamado en justicia y te asiré de la mano. Te guardaré y te pondré como pacto para el pueblo, y como luz para las naciones, a fin de que abras los ojos que están ciegos y saques de la cárcel a los presos, y de la prisión a los que moran en las tinieblas. Yo, el SEÑOR; este es mi nombre. No daré mi gloria a otros ni mi alabanza a los ídolos. He aquí, ya sucedieron las cosas primeras; ahora les anuncio las cosas nuevas. Antes que salgan a luz, yo se las anuncio”.

10 Canten al SEÑOR un cántico nuevo,

su alabanza desde el extremo de la tierra, los que navegan en el mar y su plenitud; las costas y sus habitantes.

11 Alcen la voz el desierto y sus ciudades,

las aldeas donde habita Quedar. Canten de júbilo los habitantes de Sela, y griten desde la cumbre de los montes.

12 Den gloria al SEÑOR;

proclamen en las costas su alabanza.

13 El SEÑOR saldrá como valiente,

y como hombre de guerra

despertará su celo.

Gritará, ciertamente lanzará el grito; sobre sus enemigos prevalecerá.

14 “Por mucho tiempo he callado; he guardado silencio y me he contenido. Pero ahora gemiré como la que está de parto, jadeando y resoplando a la vez. 15 Devastaré montes y colinas, y haré secar toda su hierba. Los ríos convertiré en islotes, y haré secar las lagunas. 16 Conduciré a los ciegos por un camino que no han conocido, y por sendas que no han conocido los guiaré. Delante de ellos transformaré las tinieblas en luz, y los lugares escabrosos en llanuras. Estas cosas haré por ellos y no los desampararé. 17 Serán vueltos atrás y en extremo avergonzados los que confían en ídolos y dicen a las imágenes de fundición: ‘Ustedes son nuestros dioses’.

18 “¡Sordos, oigan; y ciegos, miren para ver! 19 ¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién es sordo, sino mi mensajero que he enviado? ¿Quién es ciego como el emisario y ciego como el siervo del SEÑOR? 20 Tú ves muchas cosas, pero no las guardas. Los oídos están abiertos, pero nadie escucha. 21 Sin embargo, el SEÑOR se ha complacido en hacer grande y gloriosa la ley a causa de su justicia”.

22 Pero este es un pueblo despojado y saqueado. Todos ellos han sido atrapados en hoyos y están escondidos en cárceles. Han sido objeto de despojo sin que haya quien los libre. Han sido objeto de saqueo sin que haya quien diga: “¡Restitúyanlos!”.

23 ¿Quién de entre ustedes oirá esto? ¿Quién atenderá y escuchará con respecto al porvenir? 24 ¿Quién entregó a Jacob al saqueador, y a Israel a los despojadores? ¿Acaso no fue el SEÑOR, contra quien hemos pecado? Ellos no quisieron andar en sus caminos ni obedecieron su ley. 25 Por tanto, Dios derramó sobre él el furor de su ira y la violencia de la guerra. Le prendió fuego en derredor; sin embargo, no entendió. Lo incendió, pero él no lo tuvo en cuenta.

43 Pero ahora, así ha dicho el SEÑOR, el que te creó, oh Jacob; el que te formó, oh Israel: “No temas, porque yo te he redimido. Te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y cuando pases por los ríos, no te inundarán. Cuando andes por el fuego, no te quemarás ni la llama te abrasará. Porque yo soy el SEÑOR tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. A Egipto he entregado por tu rescate; a Etiopía y a Seba he dado por ti. Puesto que ante mis ojos tú eres de gran estima, y eres honorable, y yo te amo, daré hombres por ti, y pueblos por tu vida.

“No temas, porque yo estoy contigo. Del oriente traeré a tus descendientes, y del occidente te recogeré. Diré al norte: ‘¡Entrégamelos!’. Y al sur: ‘¡No los retengas!’ Trae de lejos a mis hijos, y a mis hijas de los confines de la tierra. A cada uno que es llamado según mi nombre y a quien he creado para mi gloria, yo lo formé. Ciertamente yo lo hice.

“Haz salir a un pueblo que es ciego, aunque tiene ojos, y que es sordo, aunque tiene oídos. Congréguense a una todas las naciones, y reúnanse todos los pueblos. ¿Quién de ellos hay que nos anuncie esto y que nos haga oír las cosas antiguas? Que se presenten sus testigos, y que se justifiquen; que escuchen, y digan: ‘Es verdad’.

10 “Ustedes son mis testigos, dice el SEÑOR; mi siervo que yo escogí, para que me conozcan y me crean, a fin de que entiendan que Yo Soy[a]. Antes de mí no fue formado ningún dios ni lo será después de mí.

Juan 1:1-14, Apocalipsis 22:6-21 (RVA2015)


1 En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios. Ella era en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de ella, y sin ella no fue hecho nada de lo que ha sido hecho. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.

Hubo un hombre enviado por Dios que se llamaba Juan. Él vino como testimonio, a fin de dar testimonio de la luz para que todos creyeran por medio de él. No era él la luz sino que vino para dar testimonio de la luz. Aquel era la luz verdadera que alumbra a todo hombre que viene al mundo. 10 En el mundo estaba y el mundo fue hecho por medio de él, pero el mundo no lo conoció. 11 A lo suyo vino pero los suyos no lo recibieron. 12 Pero a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de Dios, 13 los cuales nacieron no de sangre ni de la voluntad de la carne ni de la voluntad de varón sino de Dios.

14 Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, y contemplamos su gloria, como la gloria del unigénito del Padre lleno de gracia y de verdad.

 


Me dijo además: “Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas[a], ha enviado su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que tienen que suceder pronto. ¡He aquí vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro”.

Yo, Juan, soy el que he oído y visto estas cosas. Cuando las oí y las vi, me postré para adorar ante los pies del ángel que me las mostraba. Y él me dijo: “¡Mira, no lo hagas! Pues yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. ¡Adora a Dios!”. 10 Y me dijo: “No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. 11 El que es injusto, haga injusticia todavía. El que es impuro, sea impuro todavía. El que es justo, haga justicia todavía, y el que es santo, santifíquese todavía”.

12 “He aquí vengo pronto, y mi recompensa conmigo, para pagar a cada uno según sean sus obras. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin”.

14 Bienaventurados los que lavan sus vestiduras, para que tengan derecho al árbol de la vida y para que entren en la ciudad por las puertas. 15 Pero afuera quedarán los perros, los hechiceros, los que cometen inmoralidades sexuales, los homicidas, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira.

16 “Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para darles a ustedes testimonio de estas cosas para las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”.

17 El Espíritu y la esposa dicen: “¡Ven!”. El que oye diga: “¡Ven!”. El que tiene sed, venga. El que quiera, tome del agua de vida gratuitamente.

18 Yo advierto a todo el que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añade a estas cosas, Dios le añadirá las plagas que están escritas en este libro; 19 y si alguno quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la santa ciudad, de los cuales se ha escrito en este libro.

20 El que da testimonio de estas cosas dice: “¡Sí, vengo pronto!”.

¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!

21 La gracia de nuestro Señor Jesús sea con todos.

Bereshit | בְּרֵאשִׁ֖ית


“En el principio”

El término hebreo para el primer libro de la Biblia es Bereshit, Génesis. También es la primera palabra del libro en el texto hebreo, así como el nombre de la primera parasha.

Bereshit es en realidad una palabra compuesta que consta de dos palabras hebreas: en la preposición que significa “en” y la raíz de la raíz que significa “principio”, nos indica que el libro describe los comienzos de las cosas.
Otro antiguo nombre hebreo para el primer libro de la Torá es Sefer Ma’aseh Bereshit, “Libro de la Creación”.

El nombre en español, “Génesis”, se deriva de la Septuaginta (aquí se denomina simplemente: LXX). La LXX es la primera traducción conocida de la Biblia hebrea a otro idioma. En este caso, al griego. Fue completado en algún momento entre 250 y 300 a.M. por un comité de setenta rabinos en Egipto. La LXX emplea la palabra griega “génesis” que significa “orígenes” como título de este libro. De él, el título griego / español también habla de creación o principios.

Por lo tanto, a juzgar por el título del libro y por esta primera parasha, podemos esperar aprender mucho sobre el comienzo de las cosas, especialmente sobre la creación realizada por Elohim. Si bien esto suena emocionante y fascinante para todos nosotros, plantea un problema inminente a cualquier comentarista. ¡El problema es simplemente que hay demasiado material para comentar!

 

Enfoque General del Libro de Bereshit


En un patrón un poco más familiar, también podemos examinar Bereshet en un esquema básico de dos puntos con subpuntos simples de la siguiente manera:

I. El principio de la humanidad, Bereshit 1: 1 11:32
A. El principio de la creación, Capítulo 1
B. El principio del humano, capítulo 2
C. El principio del pecado, Capítulo 3
D. El comienzo del conflicto humano, capítulo 4
E. La multiplicación de la humanidad, capítulo 5
F. El juicio contra la humanidad pecadora, capítulos 6-8
G. El Pacto con Noé, Capítulo 9
H. División en naciones e idiomas, capítulos 10-11