La oración de Abraham – Vayera

“Escúchenme ustedes, los que me buscan y van en pos de la justicia. Miren la piedra de donde ustedes fueron cortados; el hueco de la cantera de donde fueron sacados. Miren a Abrahán, su padre; miren a Sara, la mujer que los dio a luz”.

(Isaías 51:1-2)

Entonces Abraham oró al Eterno, y Elohim sanó a Abimelej, a su mujer y a sus siervas, y ellas tuvieron hijos, pues por causa de Sara, mujer de Abraham, el Elohim había cerrado completamente la matriz de toda mujer en la casa de Abimelej.

(Génesis 20:17–18)


Abraham tenía 100 años. Durante toda su vida de casado él había esperado y oró por el nacimiento de un hijo, pero Sara, su esposa, era estéril. Su vientre estaba cerrado. Irónicamente, cuando Abimelej, el enemigo de Abraham secuestró a la esposa de Abraham Sarah, Elohim selló el vientre de las esposas de Abimelej. Incluso aquellas mujeres que estaban a punto de dar a luz se dieron cuenta que no podían dar a luz a sus hijos.

El Talmud dice:

“Fue dicho en la Academia del Rabí Yannai que incluso las gallinas pertenecientes a Abimelej no pueden poner sus huevos”.

(b.Bava Kama 92a citando Génesis 20:18)

Después que Abimelej devolvió a Sarah a Abraham, le pidió a Abraham que intercediera por él. Abraham oró por sanidad en la casa de Abimelej. La literatura rabínica usa este episodio de la vida de Abraham como un modelo de perdón:

¿De dónde aprendemos que una persona herida que se niega a perdonar a quien lo hirió (cuando este se disculpa) es llamada una persona cruel? De las palabras, “Abraham oró a Dios, y Dios sanó a Abimelej…” (b.Bava Kama 92a Génesis 20:17)

Todo el que de nuestra misericordia hacia sus semejantes es sin duda un hijo de nuestro padre Abraham, y todo aquel que no es misericordioso para con sus semejantes- sin duda, no es un hijo de nuestro padre Abraham. (b.Beitzah 32b)


La ironía es que la oración de Abraham resultó en que les nacieron muchos hijos a Abimelej y a sus esposas inmediatamente. Además, es inmediatamente después que la Torá nos dice que Abraham oró por las esposas de Abimelej — que se abrirían sus vientres — que leemos, “El Señor visitó a Sara y actuó en ella tal y como se lo había prometido (en el cap. 18). Y Sara concibió y le dio un hijo a Abrahán en su vejez, en el tiempo preciso que Dios le había anunciado” (Génesis 21:1-2).


No fue hasta que Abraham oró por otros que él y su esposa obtuvieron respuesta a su oración.

El comentarista medieval Rashi dice que la Toráh puso intencionalmente el pasaje con respecto a las esposas de Abimelej justo antes de la concepción y el nacimiento de Isaac. Es para enseñarnos que quien muestra misericordia orando por la necesidad de otros cuando él mismo está necesitando lo mismo que su petición será concedida.

Al menos, aquí aprendemos el principio fundamental de poner las necesidades de otros antes de las nuestras.

De la pluma del Rabino Peretz Ben Yehudah – Ma.Th. Julio C. Pérez